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Los problemas migratorios de USA

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Miami, agosto del 2011

Por Lorenzo Gonzalo* - Cubainformación.-

El panorama migratorio estadounidense ha ido cambiando en intensidad en los últimos cinco o seis años y se su debate se renueva periódicamente de acuerdo a las presiones que surgen de las partes afectadas. Pero no se trata de algo nuevo. Desde hace años, se inició ese proceso impulsado por las nuevas condiciones productivas del país.

Los emigrados propiamente, son un fenómeno del siglo XX. Aun cuando las emigraciones han caracterizado el fluir y la constitución de las diversas sociedades y civilizaciones, aquellos desplazamientos no se producían dentro de las mismas condiciones existentes en la actualidad.

Los tipos de Estados que conocemos en los años anteriores al siglo XX, era esencialmente distinto al de hoy. Los movimiento migratorios, por consiguiente, no enfrentaban las regulaciones que fueron necesarias más tarde, cuando los países desarrollados y en vías de desarrollo, tuvieron que establecer legislaciones que organizaran el fenómeno.

Los Estados Nación conformados al final de la llamada Edad Media, no requerían de las regulaciones que demandaron las condiciones económicas más tarde, para organizar el desplazamiento de personas de una zona a otra. La emigración de entonces, no tenía para esos países la misma connotación. La consolidación de fronteras, diferenciadas por el desarrollo al interior de cada una de ellas, obligó a nuevas legislaciones que ayudaran a proteger el conglomerado social que las integraba.

Siempre los movimientos de personas, de una a otra región, han estado motivados por la falta de condiciones vitales en las zonas de las cuales se desplazan.

El siglo XX, especialmente en Estados Unidos, marcó una diferencia substancial respecto al XIX, por el surgimiento de una dinámica productiva de mayor crecimiento que la europea.
A mediados del siglo XIX, con la proliferación de la maquina de vapor, empujado por el desarrollo del ferrocarril, las grandes distancia cubiertas de vías férreas y la transportación marítima, se crearon las bases para el desarrollo de la industria metálica. A partir de fines de ese siglo, surgen las primeras máquinas de combustión y en poco tiempo se comienza la producción masiva de automóviles y otros vehículos de transportación pública. Un proceso llevó al otro. Surgió la necesidad de construir caminos y carreteras, viviendas para los nuevos brazos que se incorporaban a dicha dinámica, oficinas y servicios diversos que le sirvieran de apoyo.

Ese proceso comenzó por desplazar a los trabajadores del sector agrícola hacia las ciudades, donde no solamente tenían mejores salarios sino condiciones de vida más placenteras y apropiadas para la salud personal y la educación de los hijos.

La existencia de una fuente de trabajadores, necesitados de empleo y dispuestos a aceptar salarios por debajo de la media, facilitó la tarea de suplir la carencia de mano de obra. Dicho abastecimiento provino de las personas que habitaban la frontera al sur de Estados Unidos, que en este caso es México.

Así es que comienza a transformarse el fenómeno migratorio en Estados Unidos.

El movimiento de mano de obra del sur al norte, es una solución durante muchos años. Legislaciones fáciles fueron aprobadas para establecer determinados controles y al propio tiempo alentarlos.

Eventualmente, en los años cincuenta se instrumentaron mecanismos para que personas, tanto de México como del Caribe, pudiera trabajar en los campos agrícolas en labores temporales y de esa manera se fueron solucionando los problemas ocasionados por la falta de mano de obra que se perdía a favor de las nuevas producciones masivas que comenzaron a desarrollarse.

Ese fue un período que con ciertas diferencias resultó similar a lo largo del siglo XX en Estados Unidos, hasta el final de la década de 1970.

En esa fecha se inicia un cambio substancial en el tipo de producción que caracterizó los años anteriores. El país se trasladó de una producción relacionada a los metales, la siderurgia, la electricidad y los combustibles, a la electrónica y casi de inmediato a la informática. Se transforma la esencia de la producción llevada de la mano de la ciencia y la tecnología y de manera acelerada comienza a invadir todos los ámbitos, desde el automotriz y la aviación, donde las nuevas técnicas son aplicadas, hasta la agricultura, donde la maquinación y nuevos procedimientos de dirección, reducen las necesidades de mano de obra. Ocurre también el desplazamiento de muchas de las actividades agrícolas hacia otros países del hemisferio americano, donde las labores se podían realizar a costos reducidos, en comparación con el incremento de los salarios que tuvo lugar en Estados Unidos. En ese período se fue reduciendo la necesidad de mano de obra simple.

El resultado final ha sido que las autoridades tienen que enfrentar en la actualidad un cúmulo de regulaciones obsoletas por un lado, y las presiones sociales causadas por la presencia de una comunidad, principalmente hispana, conformada vertiginosamente durante medio siglo. Este sector recurre legítimamente a exigir que la solución pase por legalizar a quienes fueron sorprendidos sin documentación, cuando las nuevas realidades del país fueron descubiertas. Tanto los dirigentes de la nación como los sectores provenientes del proceso migratorio, deben enfrentar el problema de manera cuidadosa y con mucho sentido de justicia. Sin dudas que la crisis económica causada por las ineficiencias del sistema productivo y las luchas políticas internas, demandan cambiar y controlar de otro modo el flujo migratorio. Pero no es menos cierto que los indocumentados son también el resultado de una política que favorecía a grandes intereses, que se beneficiaron de su presencia. Ahora, al tiempo que se comprende necesario evitar que eso continúe en aumento, obligadamente debe tenerse presente, que las culpas deben repartirse por igual. En última instancia, si se va a culpar a una parte más que a la otra, los representantes de los grandes intereses tienen mayor responsabilidad respecto a esa situación, porque se valieron de las débiles regulaciones que estuvieron en vigor durante décadas, para violarlas y usar mano de obra fácil y barata.

Europa tuvo otra historia, que se produce al final de las dos guerras y especialmente a la terminación de la Segunda Guerra Mundial, donde sus países tuvieron necesidad de enormes cantidades de mano de obra simple, para atender los problemas causados por la destrucción de aquel conflicto bélico.

Estados Unidos ya no requiere del tipo de mano de obra que requirió durante la época de una producción más simple.

Las complejidades creadas por la electrónica, la informática, la computación, las nuevas fuentes energéticas que demandan los tiempos y los servicios que acompañan el crecimiento que todo lo anterior, obliga a contratar y formar técnicos con niveles educacionales y entrenamientos generacionales nunca antes necesitados.

El crecimiento económico de Estados Unidos está en la actualidad impulsado en gran medida por personas provenientes de China y la India, que tienen ese tipo de preparación.

Una tercera parte de las personas con algún tipo de doctorado en el país, proviene de China o de la India.

En el año 2003 el 25% de los estudiantes universitarios en carreras de Ciencia y de Ingeniería eran extranjeros, actualmente esa cifra asciende al 40%.

Ese panorama, no es difícil de solucionar si se asumen como necesarias, dos cosas:

Primero buscar una salida justa a las personas que están atrapadas sin documentos, en el momento que al Estado le urge buscar una solución para asegurar el balance del desarrollo del país; Segundo, una política hemisférica orientada a favorecer el rápido desarrollo y crecimiento de los países que lo componen, con miras a detener el impulso migratorio proveniente de esa zona.

Es cuestión de mucha voluntad política y sobre todo de comprender que estamos viviendo otros tiempos y las ganancias, los beneficios y los privilegios, deben ser repartidos.

*Lorenzo Gonzalo, periodista cubano residente en los EE.UU. y subdirector de Radio Miami

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