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El poeta, el campesino y el presidente

Nino Gallegos

De la manera en que el país es un diálogo a modo, Sicilia, Le Barón y Calderón se confrontaron en una suerte de muertes harta y mortalmente anunciadas en las notas rojas de un país en sombras. En pro y en contra las críticas alusivas e ilustrativas sobre la reunión en el Castillo de Chapultepec, nomás faltó que otro niño héroe se tirara en la bandera ¿encobijado o amortajado? al precipicio de los desacuerdos acordados. Ni en el mejor país del mundo, si es que lo hay, un campesino, un poeta y un presidente van a conversar-confrontar sus diferencias, necesidades y demandas de una manera resolutiva y concreta.

Menos en México. Tal vez en tiempos del poeta Príncipe de Octavio Paz, pero no en tiempos del EZLN. Quizás sí en este tiempo, en el tiempo de un país de muertos por sus victimarios, sean sicarios o militares. No puede haber perdón alguno, pedido o exigido, cuando el presidente no escuchó al poeta ni al campesino. Lo que escuchó el presidente fue su propia voz de mando mas no de su conciencia, porque un presidente se debe a un país de sometidos, pobres, hambrientos y muertos, o lo que es lo peor y lo jodido: de un país hambriento de justicia con tanto hambriento jodido. Lo que no puede estar en una lógica de justicia es la logística con la estadística en una democracia representativa: todos parecemos estar muertos de algo o de alguien, victimarios y víctimas, según los datos duros con los daños colaterales, con o sin nombres, como Comala en una media luna de sombras. En este país de sombras se vive o se muere según las ganas de vivir o de morir sobre un coágulo de indiferencias, indolencias y diferencias sociales.

Está bien: para qué tanta sangre derramada sin llegar a un río de muertos donde todos flotan en los arroyos viales de las calles. Para vivir o morir en este país de sombras es necesario tener el corazón del presidente apretujado entre las manos del campesino y los poemas del poeta, no dejarlo dormir con todas sus ruindades y mezquindades por más que le sean un sueño de comodidades. Un presidente que fue elegido entre el fraude de la corrupción y la impunidad electorales, es un presidente ilegitimo que ha hecho de su-guerra contra el narco su-legitimidad a nombre de la muerte de otros, no de los suyos sino de los nuestros, los mexicanos. Los muertos de la guerra contra el narco nomás han servido para recordarlos, para decapitarlos y aventarlos a fosas que ya no son comunes ni clandestinas. Son fosas de un sistema político, policíaco y militarizado de la ignominia.

Despertar y levantarse a deshoras cuando ya es la hora que sea para escribir en este país de sombras, no basta una lámpara eléctrica, café, cigarros y aire acondicionado, porque cuando no se puede dormir a pierna suelta y todo despatarrado porque un campesino, un poeta y un presidente te jalan y te descobijan de la cómoda cobija, una realidad de encobijados se te echa(n) encima sobre la cama queriendo dormir el sueño de los justos, no hay más alternativa más somnolienta que levantarse y pararse con la in-seguridad de que en este país de sombras nada, nadie ni alguien es justo en esta hora-deshora nacional del patriotismo corrupto, impune y matón que los mexicanos jugamos y ganamos en la Copa de Oro. Qué in-comodidad tan fácil y desventurada es haber visto sentados y confrontados al poeta, al campesino y al presidente en ese vetusto e inveterado museo de todos los muertos insepultos de la Gran Historia Patria, a la mexicana, cuando las peinadas barbas de Maximiliano y el peinado relamido de Juárez nunca se imaginaron la realidad de Ciudad Juárez con su reguerío de muertos en el país de sombras.

En el Diálogo por la Paz con Justicia y Dignidad en el Castillo de Chapultepec, el campesino, el poeta y el presidente tuvieron que escuchar a una mujer-madre de cuatro hijos asesinados, y cuando dijo lo que tuvo que denunciar, el presidente se levantó para dirigirse a ella para reconfortarla en su no tan callado ni sometido dolor, fue quizá lo más cercano e íntimo a lo que se vive en el país de sombras: en un coágulo de lágrimas de sangre, entre la indiferencia y la indolencia oficiales del presidente, mientras que el campesino y el poeta miraron a la mujer con ojos de orfandad, confraternidad y solidaridad. Sí, en este país de sombras somos huérfanos de algo, de alguien y de nadie que solamente Pedro Páramo pudo ver en los ojos de Juan Rulfo: la injusticia para los que nunca descansarán en paz.


Achaques y bolas presidenciales

Por Douglas Zabala

La verdad histórica es que al primer Presidente de la Gran Colombia, en sus momentos críticos cuando la muerte le acechaba en aquella casa solariega de Santa Marta, el médico que en vano trató de salvarle la vida no era venezolano, pero jamás fue capaz de esconder los males del que batallaba también por su salud. Y la otra gran verdad es que José María Gallegos, Felipe Tamaríz, Dionisio Torres, Francisco Isnardi y Juan Vicente Salías, todos médicos venezolanos, no le acompañaron porque habían caído prisioneros en combate y fusilados por las fuerzas realistas, mucho antes de la gravedad del caraqueño.

El que tampoco nunca anduvo con tapujos ni embrollos de sus achaques, fue aquel zuliano que se embraguetó con Bolívar en la primera batalla de Carabobo; y desde ese instante a pesar de sus malestares físicos, ayudó a José Antonio Páez en Apure en la batalla del Yagual, fue nombrado Ministro de guerra y marina, Presidente del Senado en Bogotá, Presidente de la moribunda Gran Colombia y finalmente, enviado a España como representante plenipotenciario para las ratificaciones del Tratado de Paz; donde se enferma gravemente de sus padecimientos renales, circunstancia que le obliga su traslado a París y allí muere; pero eso si, rogándole de paso a sus hijos que devolvieran los viáticos que le fueron dados por no haber cumplido cabalmente su misión.

Cuentan los que cuentan la historia, que sin exigencia alguna y sin reservas de ninguna naturaleza, el médico francés Alejandro Prospero Reverend, a partir de la llegada del libertador a la Quinta de San Pedro Alejandrino y hasta su muerte, emitió treinta y tres partes médicos, siendo el último a la una del día, donde entre otras cosas certifica: “ Todos los síntomas han señalado más y más la proximidad de la muerte, respiración anhelosa, pulso apenas sensible, cara hipocrática, suspensión total de orine. A las doce empezó el ronquido, y a la una en punto expiró después de una agonía larga pero tranquila”.

Ahora bien; si para nadie es un secreto que estamos en la era bicentanaria, que desde hace rato aterrizamos en el mundo de la tecnología y la comunicación cibernética; y que por no dejar nuestros gobernantes se jactan de ser bolivarianos y socialista del Siglo XXI. Cual es la razón entonces para que algo tan inherente al ser humano, por obras y artimañas “revolucionarias” del G2 cubano y la cohorte de jala bolas que le acompañan; el que está enfermo fuera de nuestro país, permita que corran tantas bolas sobre sus achaques, y que hasta el sol de hoy no haya tenido las bolas de infórmale a los venezolanos, que es lo que le aqueja en definitiva.


…Y el ejercito sigue en las calles

POR: MIGUEL ANGEL GONZALEZ MANCILLA.

San Luis potosí, S.L.P., Si Javier Sicilia, poeta y escritor, pensó que con su diálogo sostenido recientemente con el titular del Ejecutivo Federal en el Castillo de Chapultepec, iba a lograr que el Presidente de la República Mexicana cambiara la estrategia de su Fallida Guerra en contra del Narco y Crimen Organizado, el intelectual se equivocó ya que Felipe Calderón Hinojosa en la plática sostenida jamás aceptó estar haciendo las cosas mal es más se consideró “salvador” de la patria por su osadía y defendió a carta cabal su lucha en contra de estos mexicanos enemigos de México, hasta criticó a sus antecesores ya que ellos nada hicieron por proteger a la ciudadanía de este mal como él lo ha llamado ser uno de los siete “Jinetes del Apocalipsis”.

No fueron suficientes los testimonios narrados por ciudadanos que han perdido a un ser querido en esta ola de violencia e inseguridad que se vive en el país, con llanto desgarrador, madres y padres de familia, le leyeron a Calderón los sufrimientos padecidos desde el día en que “desaparecieron” a su familiar y es que el Presidente jamás se “inmutó” ante lo que escuchaba simplemente se dedicaba a escucharlos y “tejer” mentalmente lo que les iba a contestar uniéndolo a lo que ya llevaba escrito.

El país fue testigo de la actitud tomada por un Presidente de la República que cayó en la “soberbia”, intolerancia y cerrazón ante el precepto constitucional de que la – Soberanía del país radica en el pueblo. Para Calderón esto es letra “muerta” como muertos son los más de 40,000 (cuarenta mil) mexicanos de distintas edades que han caído bajo las ráfagas de armas de grueso calibre durante los casi cinco años que lleva su inacabable… ¡Guerra contra el narco y el crimen organizado!.

El abrazo con el que el Presidente de México recibió al poeta a su llegada al Castillo de Chapultepec fue tan falso, como el beso que judas le dio a Jesús el Galileo, tan así que ante los reclamos del escritor el Mandatario de los mexicanos se olvidó de cortesías y protocolos de un Jefe de estado y casi manoteando la mesa que tenía enfrente y a gritos defendía su posición como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas reconociendo ante los presentes y ante la nación entera que estaba plenamente convencido que su lucha era lo único que puede salvar al país de esta lacerante cáncer social que afecta la vida social de los mexicanos y que detiene el avance económico y en todos los aspectos de la nación que le ha tocado dirigir. Exigió con voz altisonante que aquellos que lo critican se pongan en su lugar y demuestren con estrategias de que otra manera se puede erradicar este mal que nos afecta.

Lo que menos mostró ante los presentes el Presidente de México fue un mínimo “grado” de comprensión para aceptar sus yerros y errores cometidos en su mal llevada guerra contra los “narcos” y “delicuencia organizada” ya que el tono de voz empleado daba a entender que aquello lo estaba sacando de su “paciencia”, si es que todavía la conserva, porque él como Ejecutivo Federal es el único que tiene la razón.
Javier Sicilia bajo el espíritu confesional que lo caracteriza al declararse católico trató de ser prudente ante un Mandatario que por sus reacciones daba a entender que aquello no le era de su agrado. Supo mantener la cordura, fue tolerante y jamás quiso levantarle la voz al Jefe de las Fuerzas Armadas del país, a las cuales el Presidente defendió y señala que gracias al Ejército Mexicano por fin se ha ido poniendo a cada quien en su lugar y que las cosas así seguirán hasta el último día de su mandato.

Indudablemente que este tipo de actitud también fue motivo de reacciones en contra del poeta ya que algunos ciudadanos en su momento expresaron que Don Javier se hubiera olvidado que el Presidente también se ha declarado Católico y haciendo a un la lado la afinidad religiosa de ambos le hubiera hablado con tono enérgico como solía según la Historia Sagrada hablarles Jesús el ungido, a sus adversarios.
Porque claro estaba que ahí los dos estaban como “adversarios” ubicados en polos opuestos pero al fin frente a frente: - El escritor encabezando un movimiento nacional en contra de la violencia y para muestra de lo que su causa sostiene le presentó al Presidente a unas cuantas personas que le expusieron el “vía crucis” que han tenido que padecer cuando se trata de denunciar y pedir una explicación a las autoridades por la desaparición de algunos de sus familiares y exigiendo a su manera un alto al derramamiento de tanta sangre que ha corrido por las calles del país, un cese a la guerra declarada en contra de unos malos mexicanos, enemigos de la patria como Calderón ha llamado a los miembros de los Grupos del Crimen Organizado, y lo que es más la retirada del Ejército Mexicano que en mucho a contribuido a que la ola de violencia siga creciendo en el país por las actitudes que en la mayoría de las veces toman en contra de los mexicanos ya que muchos sin ser delicuentes son tratados como tales al caer en manos de las fuerzas castrenses, y es que basándose en la “coraza” que les otorga el famoso “fuero militar” que los protege actúan con - Licencia para Matar - sin saber si aquel muerto es o no miembro del crimen organizado o elemento de algunos de los carteles existentes como corredores de droga en México.

El Presidente de la República estaba ante los presentes cumpliendo con una cortesía de Jefe de Estado pero hasta ahí, jamás con la idea de considerar los posicionamientos del Escritor y Poeta y sus seguidores. Su obsesión muy personal de continuar así hasta el último día de su gobierno ya está bien clara ante el pueblo mexicano: - La lucha sigue encabezada por el Ejército Mexicano no obstante sea visto por la población como un medio violatorio de los Derechos Humanos al final de cuentas es lo que menos le importa al Gobierno Mexicano.
Los llamados Daños colaterales registrados por la Presidencia de la República son producto de este tipo de acciones que en la mayoría de las veces son ejercidas por un elemento militar que dispara su arma como dice el dicho: - sin ton ni son – muera quien muera y caiga quien caiga. Tiene razón el poeta al exigir el repliegue de las fuerzas castrenses, señalan muchos mexicanos.

El diálogo terminó con un Calderón Hinojosa fuera de sus “casillas”, alterado y obsesionado con una estrategia de guerra que cada día lo está orillando a la soledad, al grado de mostrar al país el semblante de un hombre enfermo y preocupado todavía más por saber quién será su sucesor quizás para pedirle que le “perdone” sus errores y daños hechos a la nación y lo escude bajo la armadura de “impunidad” que ha sido el uniforme que visten todos los Ex Presidentes de la República hasta la fecha, considerando que es corto el tiempo que aún le queda para ejercer el poder, sale triste y cabizbajo después de firmar acuerdos que serán sólo letra muerta en el papel, ya que ahí se habló de muertos, y después de emitir un falso “Perdón” a los familiares de los caídos en su guerra fallida no al pueblo entero que es realmente a quien está afectando una lucha sin cuartel, y es que el ejército ha salido de ellos, precisamente para ejercerla.

Calderón Hinojosa como buen “orador” jugó con la buena fe del intelectual y pisoteó la esperanza de quienes mostraron su dolor ante un Presidente insensible, quien con tono enérgico al final remarcó: … ¡Y el ejército sigue en las calles!.


Comité Clandestino Revolucionario de los Pobres-

Comando Justiciero 28 de Junio
A los pueblos del mundo:
Al pueblo de México:
Al pueblo de Guerrero:
Compañeros, camaradas:

Se acerca un año más de dolorosa conmemoración luctuosa de la masacre en el vado de Aguas Blancas, en nuestro sufrido estado de Guerrero.

El tiempo pasa y poco a poco la memoria va madurando. Pero que nadie se haga ilusiones, no habrá olvido jamás, mucho menos a cambio de indignas compensaciones de $50,000.00 ni con sólo promesas electoreras.

La masacre de Aguas Blancas jamás se nos olvidará porque nosotros mismos fuimos producto de ella, nuestro nombre lleva bien grabado en sus siglas el dolor de la muerte injusta y vil que nos impuso el caciquismo rampante del siempre desvergonzado figueroísmo.

Somos ahora más maduros políticamente. Pero no olvidadizos ni viles oportunistas. Claramente decimos que no le andaremos mendigando a Aguirre abrir el caso de Aguas Blancas. Lo abriremos, aun a pesar de él, al lado de nuestro pueblo, en conjunto con nuestras bases de apoyo, porque somos pueblo y estamos con el pueblo. El tiempo de la justicia se va acercando, poco a poco, inevitablemente. Tenemos paciencia, una formidable arma de guerra.

Hemos instruido a nuestros compañeros de base para que contribuyan en la búsqueda de coordinación y unidad del movimiento social guerrerense. Pensamos que ese es el primer paso para lograr lo que sea. Le hemos dicho a nuestra gente que no debemos emborracharnos con promesas pequeñas o grandes ni metas gigantes; seamos serios y abramos primero el caso Aguas Blancas. Pero antes de eso démonos la estructura legal y funcional necesaria para lograr nuestros objetivos. No pretendamos enjuiciar a los asesinos materiales e intelectuales sin antes tener los medios legales y operativos para lograrlo. Si nos precipitamos los dejaremos escapar fácilmente. Debemos recurrir a las experiencias de nuestros hermanos de Cuba y suramericanos. Ellos lograron recuperar los restos de los combatientes caídos en Bolivia, incluyendo los del Che Guevara, y han logrado muchos avances en su largo caminar por hacer justicia a los asesinatos, desapariciones y huérfanos que dejó el Plan Cóndor en toda la América del Sur. Debemos pedirles que nos ayuden con su experiencia jurídica, de antropología forense y de otras ramas científicas en general para lograr cumplir nuestro cometido.

No cabe la menor duda de que las familias y las organizaciones sociales que han sido directamente víctimas son quienes deben encabezar este esfuerzo por hacer justicia en Guerrero. Pero al mismo tiempo, todos ellas deben estar conscientes de que muchos de los delitos fueron cometidos por fuerzas represivas federales y en ese sentido requerirán de una mayor fuerza política, económica y social para lograr hacer justicia.

Lograr la justicia en el plano federal será, como históricamente lo ha sido, la tarea más ardua. Peor ahora en que un verdadero chacal gobierna el país a sangre y fuego, un hombre al que 40 mil mexicanos muertos le parecen nada. Pero se acerca ya el final de esa negra etapa. El movimiento social deberá entonces ser hábil para armonizar los tiempos de Guerrero con los de todo el país.

En el reciente encuentro entre el poeta Javier Sicilia y aquel que incluso sin nombrarlo pinta de rojo-sangre cualquier cosa, quedó claro que este último no entiende razones de ninguna especie. Decir que está arrepentido de no haber sacado a las calles antes al ejército es buen síntoma de su pensar fascista y autoritario. Ese hombre no tiene sensibilidad alguna, es un gran hipócrita de corazón, un Pinochet, un Franco, un Videla, un tirano de ultraderecha subordinado a un Plan Cóndor, hoy llamado Plan Mérida. Señor Sicilia, del responsable estratégico del asesinato de su hijo, no espere mucho.

Esa es nuestra palabra humilde. Rendimos respetuoso tributo a los muertos en el vado de Aguas Blancas aquel 28 de junio de 1995. Y le recordamos al pueblo que a raíz de ese hecho lograron juntos derrocar, al menos formalmente, a otro chacal, a Rubén Figueroa Alcocer. ¡Que nadie diga que las cosas no se pueden hacer!

¡Saludo combativo a todo nuestro pueblo de México y de Guerrero!

¡Contra la globalización neoliberal!
¡La construcción del Socialismo!

Comité Clandestino Revolucionario de los Pobres – Comando Justiciero 28 de Junio, CCRP-CJ28J

Acapulco, Guerrero, a 27 de junio de 2011.


Desapariciones forzadas en México -Presentación

LA COMISIÓN DE MEDIACIÓN PRESENTA EL LIBRO:
DESAPARICIONES FORZADAS EN MÉXICO
Jueves 30 de Junio a las 12.30 hrs.
en:
Casa de la Solidaridad, Patricio Sanz 449, col del Valle
(a 3 calles de la estación del metrobus Poliforum)

Participan:
Miguel Álvarez Gándara, Jorge Fernández Souza, Dolores González Saravia,
José Enrique González Ruiz, Miguel Ángel Granados Chapa,
Juan de Dios Hernández Monge, Rosario Ibarra de Piedra,
Gonzalo Ituarte, Gilberto López y Rivas,
† Carlos Montemayor, Pablo Romo Cedano,
† Samuel Ruiz García.


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