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El diálogo y las demandas

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Alberto Híjar Serrano
Punto crítico de los procesos populares contra el Estado es el diálogo y negociación. Lo dijo el Subcomandante Insurgente Marcos a raíz del cese al fuego del gobierno el 12 de enero de 1995: nos preparamos para la guerra no para la paz. Los Estados lo saben y se organizan: con todo y lo progresista que era al apoyar la Revolución Popular Sandinista, el gobierno de Panamá hizo de la Isla de Contadora el nombre de los acuerdos que llevaron a Nicaragua, a El Salvador y Guatemala al desarme popular.
Emblemática resulta la foto del comandante del EPR Joaquín Villalobos entregando su fusil de combate a Carlos Salinas durante los Acuerdos de Chapultepec donde se firmó el aparente fin de la guerra salvadoreña. Aun en la pequeña escala ocurre el mismo pasmo popular ante el colmilludo enemigo como cuando Carlos Ramírez salió a la calle a enfrentar a los manifestantes del SME para llevarlos hasta la cabina de Milenio para discutir sobre la información escamoteada en la prensa paraestatal. El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra discutió en los noticieros de Televisa su repudio a la construcción del aeropuerto y pudieron verse y escucharse en radio y televisión los reportajes apresurados de las movilizaciones más efectivas por su impacto en la prensa, mientras las que no logran esto son ignoradas. Una estrategia de disminución de importancias y de criminalización y desprecio por las demandas populares es concretada con la revoltura con cualquiera otra noticia salvo cuando hay muertos, heridos e incendios.
De aquí el instinto de clase que exige diálogo público como ocurrió en 1968 como condición para discutir el pliego petitorio. En el movimiento estudiantil de entresiglos ocurrió lo mismo para dar lugar a una tediosa confrontación en el ex Palacio de Minería de la que salió el acuerdo de organización de un congreso al fin abortado pese a la oficina especial montada por Rectoría. Recientemente, el SME acabo por abandonar el diálogo con un subsecretario de Gobernación incapaz de resolución alguna. La Caravana de la Paz con Justicia y Dignidad consiguió la reunión con Calderón y su gabinete de seguridad en el Castillo de Chapultepec y pese a la digna rabia de las victimas, no lograron nada más que ratificar la prepotencia terca de Calderón escoltado por su esposa. Luego de los Diálogos de San Andrés con acuerdos denegados por Zedillo y la Cámara de Diputados pese al uso convincente de su tribuna por la Comandanta Esther, quedó marcada la estrategia del Estado, en este caso agravada por la paramilitarización de Chiapas culminada con el desarrollismo clientelar del gobierno actual de Sabines. Frente a las ilegitimas representaciones gubernamentales no se ha sabido construir representaciones populares auténticas con capacidad de propuestas salvo en los casos de los proyectos autonómicos como los de Chiapas.
La multitud discutida por Spinoza y profundizada por Negri y Hardt no logra superar su composición de individualidades voluntariosas pese al encuentro efímero de lo común. El recorrido desde Morelos hasta Ciudad Juárez con el conmovedor apoyo de cientos de hartos no bastó para juramentar los acuerdos porque el convocante principal, Javier Sicilia, se desdijo de la exigencia de la renuncia del Secretario de Seguridad y del retiro del ejército. Con buen tino, el poeta no fue a Cherán donde la toma del pueblo con barricadas y comisiones autogestivas, exige al ejército detener a los talamontes. De ese tamaño son los desacuerdos mientras el gobierno exalta la importancia de las aprehensiones y los decomisos de armas y drogas como prueba de su éxito. La propaganda mediática anula las denuncias y recomendaciones tan importantes como la de Amnistía Internacional y las comisiones de Derechos Humanos de América y silencia la indignación por la terrible cuota de 40 asesinatos diarios, los asesinatos de periodistas con sus familiares, los maltratos a los migrantes y el tráfico de personas, todo bajo protección de funcionarios.
El discurso literario bello por contundente al integrar verdad y justicia, deja de tener eficacia. Logra transformarlo en retórica no sólo la campaña oficial de desprestigio sino la reducción a consignas indignadas que desestiman los pocos esfuerzos de documentar caso por caso y de dar seguimiento a los juicios de culpables y a la protección e indemnización de las victimas, muchas de ellas refugiadas en Estados Unidos o adonde pueden para librar las amenazas cumplidas.
Un escritor disciplinado tendría que dedicarse a construir una red de información, documentación y testimonio para el largo plazo. Si las Madres de la Plaza de Mayo logran combatir con éxito y riesgos que les han costado asesinatos, si han logrado reproducirse como Abuelas e H.I.J.O.S, habría que congregar a las organizaciones de Derechos Humanos, de abogados y curatos solidarios, de procesos autonómicos y autogestivos para hacer un arma de la denuncia precisa. No es lo mismo exigir el retiro de militares y la depuración de las policías sin más, que dar a conocer nombres y apellidos, procesos judiciales amañados por ministerios públicos y jueces con identidades precisas, que habría que adjuntar a lugares y fechas de crímenes impunes como el de Aguas Blancas, El Charco, El Bosque, con la inclusión de Pasta de Conchos, Lázaro Cárdenas y San Fernando.
La justa y constante conclusión de los artículos de Javier Sicilia exigiendo el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, el retiro de COSTCO en los terrenos del Casino de la Selva, el castigo de los culpables, tendría que documentarse en beneficio de la lucha para el largo plazo. Los gobiernos tienen oficinas de prensa, radio y televisión, son socios del duopolio controlados y censor, reparten sobornos y privilegios, cotizan en la bolsa de valores, Televisa ha firmado un acuerdo educativo con la UNESCO pero nada de esto se equipara a la dignidad de los convocantes populares como Javier Sicilia. El desprestigio estatal ya no puede superarse por acciones tan torpes como la entrevista de Calderón por el corrupto Jorge Fernández Menéndez al servicio de los gobiernos colombianos hasta el punto de escribir un libro por encargo sobre la computadora del asesinado dirigente Reyes de las FARC-EP pese a la indebida custodia del artefacto denunciada por las instancias legales de la propia Colombia y de Ecuador, el agredido país que tolera la invasión armada y cruenta de Sucumbíos. El propagandista del Plan Colombia y la Iniciativa Mérida es beneficiado con un programa en el que entrevistó a Calderón y de paso lo hizo exaltar el mando único policíaco en Colombia que México, dijeron debiera imitar. “Más México en Colombia y más Colombia en México” dijeron Uribe y Calderón. De este talante es la desinformación oficial que no cambiará por lo que más vale organizarnos para el largo plazo con documentación fidedigna e indiscutible.


- No me arrepiento del abrazo a Calderón; eso no nos iguala

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Se siente incomprendido por la lluvia de críticas que ha recibido

Aunque se va a intentar desvirtuar la esencia del diálogo, no podemos
dejar de acudir, porque sería alimentar la violencia. Nosotros estamos
por encima del Presidente porque somos víctimas. Quiero hablar al
corazón de ese hombre, que en un gesto de descortesía atroz nos manoteó
en la mesa, señala

“Con el golpe que me tocó a mí empezó la visibilidad de los no escuchados”
Blanche Petrich

El poeta Javier Sicilia no niega que el del Castillo de Chapultepec fue
un diálogo de sordos entre el Ejecutivo y las víctimas de la violencia,
“al menos en cuanto al cambio en la estrategia de seguridad que estamos
exigiendo”.

Pero no admite que sea un fracaso para el Movimiento por la Paz con
Justicia y Dignidad, que él encabeza. Ni una claudicación. “Logramos
romper el monólogo del poder, y ese es un primer paso en un proceso que
seguramente va a ser muy largo”.

El escritor reconoce que en el entorno del gobierno calderonista se va a
manipular el contenido de estos acercamientos y se va a intentar
desvirtuar la esencia del proceso. “Pero no por eso podemos dejar de
acudir. Negar el diálogo es alimentar la violencia, polarizar al país
más de lo que ya está”.

Ha transcurrido una semana del encuentro cara a cara entre el Ejecutivo
–el presidente Felipe Calderón y su núcleo duro del gabinete de
seguridad– y un grupo representativo de 23 familiares de asesinados y
desaparecidos en el contexto de la guerra contra el crimen organizado
declarada por el gobierno federal. Y el efecto mediático y político
tiene perplejo a este hombre que nunca pretendió ser líder de nada.

Antes de ser golpeado por el homicidio de su hijo de 24 años él se
dedicaba, como oficio, a construir endecasílabos (el último que escribió
empieza así: “El mundo ya no es digno de la palabra…”). Escribía.
Analizaba la realidad desde sus convicciones de cristiano progresista,
inspirado por Mohandas Gandhi y Martin Luther King. Hasta que, a finales
de marzo, el camino de Juan Francisco, su Juanelo, se cruzó con unos
sicarios. El crimen lo lanzó a encabezar una de las movilizaciones
ciudadanas más notables de los últimos años.

A estas alturas, Sicilia se siente incomprendido por la lluvia de
críticas que ha recibido, principalmente de las izquierdas, con quienes
se identifica mucho más que con los sectores conservadores que hoy lo
alaban. Entre otros epítetos, le han llamado “títere de Calderón” y
“traidor”. “Claudicante” también. En contraste, el poder y la derecha
–con la que antagoniza– elogian anticipadamente su “voluntad de pactar”.

Para el poeta, es incomprensible que, entre cientos de imágenes que se
sucedieron el 23 de junio, a lo largo de las tres horas que duró el
encuentro en el alcázar, se destacara una sola: la del abrazo con
Calderón. “No me arrepiento de haberlo abrazado, porque quiero hablarle
al corazón de ese hombre; aunque él nos haya manoteado en la mesa, en un
gesto de descortesía atroz. Pero ese abrazo no nos iguala. Nosotros
estamos por encima de él, porque somos víctimas. Sus funcionarios y sus
propagandistas tergiversan lo que ahí sucedió. Ellos tienen el poder y
la fuerza…pero no la razón”.

Desde que regresó de la caravana –casi 4 mil kilómetros recorridos– sus
días se consumen entre reuniones en corto con amigos y críticos; en
asambleas y consultas con sus antiguos y nuevos compañeros de ruta; en
idas y venidas de Cuernavaca a la ciudad de México, siempre custodiado
por policías que asignó el gobierno morelense para su seguridad. “Desde
aquel viaje pavoroso de regreso de Filipinas (donde se encontraba cuando
recibió la noticia de la muerte de su hijo) hasta la fecha no he podido
retomar mi vida, mi rutina, mi trabajo cotidiano. No sé hasta dónde me
va a llevar este vuelco”.

No voy a volver a permitir el detector de metales

Por el momento, su trabajo tiene un plazo: la siguiente reunión con el
Ejecutivo, dentro de tres meses. “Tengo dos cosas claras. No quiero
cambio de sede; es importante que se haga en el Museo de Antropología. Y
no voy a permitir que a las víctimas nos pasen por el detector de
metales. A los secretarios de Estado no los hacen pasar por ahí,
¿verdad? Pues a nosotros, menos. Hemos demostrado ser intachables,
limpios. No vamos a permitir que nos traten como sospechosos. En el
Castillo de Chapultepec cometí el error de permitir esa grosería”.

Gandhi y el mariscal Smuts

Un amigo de larga data de Sicilia –más que amigo, maestro– acaba de
advertirle: “No conozco a nadie que vaya tan en cueros a meterse a la
boca del lobo como usted lo hizo”. Al hombre le cala lo dicho, se nota.
Tal vez por eso, al arrancar la entrevista con La Jornada, cuenta lo que
en el momento de sentarse a la mesa del alcázar le pasó por la mente.

“Me puse a imaginar cómo sería aquel encuentro de Mohandas Gandhi con el mariscal de los boers, el sudafricano Jan Christian Smuts, en Pretoria, en 1914, cuando ambos se sentaron a negociar la ley marcial que confinaba a los inmigrantes hindúes (el antecedente del apartheid)”. En ese episodio de la historia, el pacifista le regaló al militar segregacionista unas sandalias que había hecho en prisión. Sicilia le entregó a Calderón no sandalias, sino un escapulario, uno de los muchos que las víctimas le entregaron en el camino. A la larga, Smuts traicionó el acuerdo con Gandhi, pero éste nunca depuso su doctrina de resistencia pacífica mediante la desobediencia civil.

–A muchos observadores y analistas les está costando trabajo entender y aceptar este movimiento, surgido apenas hace tres meses y que ya ocupa tanta atención.

–Porque es complejo, creo. Es una formación espontánea que hereda mucho del zapatismo, desde lo moral, aunque no es igual. El zapatismo, con el que yo me identifico muchísimo, es una construcción lenta, de muchos años. Esto fue casi un relámpago. Lo generan varios actores que no estaban en la escena política, pero que desde hace muchos años hacen política en la sombra; gente que viene de la lucha por derechos humanos, de la teología de la liberación, de la cultura. Ni siquiera fui yo quien lo inició. La articulación del movimiento a partir de la muerte de mi hijo empieza incluso antes de que yo pudiera regresar de Filipinas.

“No es que este asesinato fuera diferente a los miles de crímenes anteriores. Fue tal vez la gota que derramó el vaso, porque tocó a un sector, el de la cultura, que no había sido tocado. Habían sido muy golpeados la franja de los segregados, los que nadie pela. O la de los empresarios. Pero esta vez me toca a mí el golpe. Ojalá que no hubiera sido así, ojalá que a nadie le tocara, que no le toque a nadie más. Pero entonces empieza a suceder algo que no había pasado todavía: la visibilidad de los invisibles, de las víctimas no escuchadas, de los familiares que por temor, por desprecio, por soledad, por marginación, no habían podido encontrar la coyuntura para ser nombrados.

“Así se vio toda la podredumbre de las instituciones. Y esto ocurre en un momento histórico que ya no se parece a la época de Díaz Ordaz, cuando el Ejecutivo era todopoderoso. No, estas son las épocas de Calderón, un presidente obcecado en su estrategia de seguridad, pero débil, que enfrenta a una República en la que los gobernadores son reyes en su territorio y con un Poder Judicial que ha abonado a la impunidad en una forma atroz.”

–¿Cómo siente la reacción de la izquierda partidista, del movimiento de Andrés Manuel López Obrador, frente a estas movilizaciones? ¿Cercanos, distantes?

–Respetuosos. Nos hubiera gustado que se involucraran más.

“Nadie puede negar nuestra legitimidad”

Después del sismo del 85, pero también bajo el influjo de las
revoluciones en Centroamérica, un grupo de poetas mexicanos iniciaron en
1986 una revista de y para la poesía. Sicilia participaba. De ahí nació
una colección de ediciones modestas que se llamó Los cuadernos de la
orquesta, que dirigió Eduardo Vázquez. Uno de esos libros, La revelación
de los días –Sicilia y el potosino Tomás Calvillo fueron los autores–
bordaba sobre los principios filosóficos de Gandhi, Lanza del Vasto,
Luther King, incluso la madre Teresa de Calcuta. Y Salvador Nava, en pie
de lucha contra el caciquismo del PRI. Puro pacifismo. Algo que, admite
Sicilia, no es demasiado familiar en la cultura política de los sectores
progresistas de México.

–¿Será por eso que a algunos sectores les cuesta trabajo comprender ese pensamiento?

–Hay una fuerza moral detrás de nosotros. Nadie puede negar nuestra legitimidad. Nadie puede cuestionar la veracidad de lo que grita este movimiento. Nadie puede reclamar que gritemos nuestro dolor y nuestros agravios. Nadie puede desmentir este fondo que desnuda al poder en todos los sentidos. Nuestra base es muy plural: están los empresarios, pero también los de Atenco, los familiares de las víctimas pero también los estudiantes, los intelectuales, los trabajadores despedidos.

El poeta Javier Sicilia durante la entrevista con La JornadaFoto
Cristina Rodríguez
–Esta fuerza acumulada también representa un capital político que puede ser aprovechado con otra intención…

–Hay de todo. Esa es precisamente nuestra fuerza y nuestra debilidad. Por ejemplo, lo que vivimos en Ciudad Juárez (donde culminó la caravana, el 11 de junio). Hubo grupos que subieron otras agendas a las asambleas y que nos pusieron en riesgo de perder de vista el reclamo de las víctimas a cambio de exigir un juicio político contra Felipe Calderón o demandar la salida del Ejército de manera irresponsable. Eso desviaba la atención de nuestro objetivo primordial. A eso le dijimos no. Defendimos los seis puntos de la marcha del 8 de mayo porque no nos los sacamos de la manga, fueron producto del consenso con organizaciones que han trabajado, como muchos sectores de la sociedad. Todos quieren utilizarnos, los partidos, el Ejecutivo, los poderes.

“Lo importante es no perder de vista que la base del movimiento es el dolor de las víctimas, porque si lo hacemos vamos a entrar a una lógica, a una narrativa que ya conocemos, a una disputa ideológica. Y eso no es lo que queremos.”

–Cuando se habla de “los de Juárez” se cae en la descalificación, se les señala como los extremistas. El movimiento social en Juárez también tiene una identidad, una historia de resistencia.

–Juárez, tan dolido, tiene sus particularidades. Nosotros defendemos lo que quieren los juarenses, pero si Juárez necesita la retirada del Ejército de las calles, que se haga ahí. Como demanda nacional no es una cosa que se pueda discutir y decidir en tres horas. Lo que estamos discutiendo es la estrategia de seguridad nacional, caso por caso, estado por estado. Ese fue el problema de la mesa de la militarización. Ahí se expresó claramente la idea de otros lugares, por ejemplo, los de Cherán, en Michoacán, que dijeron muy claramente que en lo inmediato no quieren la salida del Ejército, lo mismo que los grupos que llegaron de Tamaulipas.

“No hubo consenso. Mi obligación moral era decirles: ‘pues no es así, señores’. Ahora nos acusan de traición. Nosotros pensamos que traición sería permitir la imposición”.

“El debate ciudadano sobre el Ejército apenas empieza”

–El tema del papel del Ejército casi no se debate en México. Siempre fue tabú, tanto para la clase política como para el movimiento social. ¿Cree que ahora la sociedad ha empezado a analizar y debatir sobre las fuerzas armadas?

–Creo que sí; quisiera que sí. Pero los diálogos son largos y éste apenas lleva tres meses. Y tenemos cuatro años y medio de ver al Ejército en las calles de esta manera, de sufrir esta descomposición. Antes de sacar acuerdos debemos debatir y analizar con mucha claridad y profundidad. Sabemos que al meter al Ejército al combate contra el narcotráfico hubo omisiones muy graves por parte del gobierno. Dio a los cárteles carácter de parte beligerante, de ejército regular, lo que es un equívoco fundamental, gravísimo. Además, eludió al Congreso, que por derecho constitucional debe aprobar o vetar la participación de las fuerzas armadas en esas funciones. El Ejército ya está ahí, ya se cometieron todas las barbaridades. ¿Hay que regresarlo a los cuarteles? Yo creo que sí. El problema es cómo.

–¿Y cómo?

–No lo sé. Nos falta hacer una radiografía muy fina sobre el problema, como la que estamos haciendo con las víctimas. Apenas estamos empezando. No podemos tomar decisiones sobre temas tan delicados sin pensarlo bien. ¿Cómo vamos a ir sacando al Ejército? Hay que mirar experiencias interesantes de autodefensa y discutirlas para que se puedan aplicar en más lugares, para que puedan ser aceptadas. Es verdad que una parte de la izquierda ya empezó ese debate, y esa misma izquierda es la que ahora me dice: no vayas a los diálogos con el gobierno.

–¿Quiénes son?

–Ciertas fracciones. Los mismos de Juárez nos dijeron: no vayan al diálogo con Calderón porque los va a traicionar. Y sí, hay traición a la palabra, lo sabemos. En Chiapas los diálogos de San Andrés Larráinzar entre el gobierno y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) fueron traicionados (durante el gobierno de Ernesto Zedillo). A pesar de ello, hoy son los mismos zapatistas quienes nos dicen: vayan, tienen que pasar el trámite. No podemos dejar de acudir a los diálogos.

–¿Y qué se logró en el alcázar?

–Hay un plazo y cosas que hacer en estos tres meses.

Vamos a demostrarle a Calderón que sigue de necio

–¿Diálogo de sordos?

–Sí lo fue, en cuanto a la estrategia de seguridad. El Presidente no se movió de su posición. Al próximo diálogo vamos a ir con expertos a discutir las estrategias, a demostrarle a Calderón que hay alternativas y que él sigue de necio.

–¿No cree que el gobierno de Calderón tiene su propio cálculo, que tiene otras intenciones, incluso de cooptación?

–De cooptación no creo. A ninguno de nosotros nos va a cooptar con puestos, con dinero. Pero sí intentan tergiversar, desvirtuar el movimiento.

El papá del ajedrecista

Son muchas las instantáneas que guarda Sicilia en la memoria de lo
ocurrido el jueves, hace una semana, en el alcázar. Como el rostro ajado
de Roberto Galván, de Monterrey –comenta–, un hombre ya mayor que
participó en la caravana. Hace años busca a su hijo Roberto Galván Llep,
un ajedrecista que fue levantado por la fuerza pública durante un
operativo en una plaza, y nunca más supo de él. Años de ser un cero a la
izquierda frente al Ministerio Público, de ser ninguneado y humillado
por la procuraduría estatal. Y de pronto, en Chapultepec, la esposa del
presidente, Margarita Zavala, se le acerca, le habla, le da su número de
celular y le dice: “Para lo que se le ofrezca”. La esperanza
resplandeció en su cara.

–¿No es muy cruel, un gesto trivial frente a la impunidad absoluta?

–Mira, cuando pasamos por Monterrey, a las 12 de la noche, después del mitin, fuimos a ver al procurador estatal. Llevamos nueve casos; lo sentamos frente a las víctimas y lo emplazamos: ¿Por qué no hay solución? Algunos casos llevan tres, cuatro años sin ningún avance. Don Roberto era uno de ellos. ¿Cómo no entender que este hombre sienta por primera vez una esperanza? La señora María Elena Herrera, de Michoacán, buscando como loca en varios estados a Jesús, a Raúl, a Gustavo, a Luis Armando, sus cuatro hijos desaparecidos. Le dicen: véngase a Los Pinos, la vamos a ayudar. ¿Cómo negarles esa rendija de esperanza? No se está haciendo justicia, desde luego, pero esos padres viven el infierno desde que les desaparecieron a sus hijos. Si alguien les dice: al menos te voy a decir dónde está, ¿cómo negarles esa mecha de luz? Eso es lo que no pueden ver los ideologizados de cualquier signo. Yo, sólo por ver que atrajeron el caso de María Elena Herrera, cuyo dolor no me es imaginable, considero que el recorrido de los 3 mil kilómetros valió la pena. Sólo por eso.

–¿Es este un movimiento político?

–Es de lo mejor de la política. Es la vida de la polis, la ciudad, en el sentido humano de la palabra, sin intereses partidistas; es el rescate de la relación entre seres humanos.

–¿Cuáles son los pendientes más inmediatos?

–Todos lo son, pero el tema de las indemnizaciones es importante. Las familias con un hijo muerto, con un padre muerto, no sólo se destruyen anímicamente, sino que se arruinan en lo económico. Por eso es importante revisar el fondo de víctimas. Si hay que ampliarlo, hay que ampliarlo. Por eso la importancia de visibilizar qué le pasó al asesinado, al desaparecido; cómo pasó, investigar, determinar si es inocente o no. Y si lo es, se indemniza, se apoya, se restituye el honor. Si no es inocente, hay que ver qué parte del tejido social se está desgarrando, dónde está lo que estamos dejando de hacer para producir criminales.

–En tres meses, en un siguiente encuentro ¿cómo cree que va a encontrar estos temas?

–Vamos a exigir resultados. Y vamos a volver a exigir el cambio de la estrategia de seguridad, no vamos a quitar el dedo del renglón.


El BINE: “Mansión de tinieblas”

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Luis Hernández Montalvo

“Mansión de luz”, define el himno normalista al Benemérito Instituto Normal del Estado de Puebla; pero, desde la semana pasada, el Instituto de formación inicial de las licenciaturas en Educación Preescolar, Educación Primaria, Educación Secundaria en la especialidad en telesecundaria, Educación Especial y Educación Física, se encuentra en tinieblas por la falta de pago de la energía eléctrica.

El problema se produce a dos semanas de que culmine el presente ciclo escolar, esto ha provocado un verdadero caos en la administración que tiene que ver con la elaboración de la documentación de fin de cursos, que incluye la emisión de boletas y certificados, no solo de las cinco licenciaturas, sino también de las escuelas anexas de preescolar, primaria, secundaria y bachilleratos.

La preparación de los festivales de fin de cursos se realizan en condiciones muy lamentables y de improvisación por la falta de aparatos de sonido, y los maestros y empleados han tenido que buscar espacios alternos en domicilios o en otras instituciones para cumplir con la documentación de fin de cursos en los tiempos establecidos por la administración educativa en el estado.

El BINE no solamente se encuentra en tinieblas por la falta de energía eléctrica, el Programa para la Transformación y el Fortalecimiento Académicos de las Escuelas Normales implementado desde 1997 no ha incidido en las prácticas educativas de los profesores y tampoco se han podido construir los nuevos liderazgos que reclaman los programas de estudios para el logro de los rasgos deseables del nuevo maestro con un perfil de egreso especial.

Hasta ahora de nada han servido los criterios y orientaciones para la organización de las actividades académicas establecidas en cada una de las licenciaturas y es que el propio Programa contempla estos riesgos cuando señala: “…un plan de estudios por correcta que sea su formulación, sólo tiene posibilidad de alcanzar sus objetivos cuando su aplicación se realiza en un ambiente educativo y bajo prácticas que son congruentes con las finalidades del plan”.

La falta de energía eléctrica y la parálisis de las actividades académicas temporales, son el eslabón de una larga cadena de desaciertos en la administración central del Instituto que se propuso, -en el inicio de su gestión- “transformar la institución y colocarla a la altura del Tecnológico de Monterrey”.

A la distancia de tres años, los cuestionamientos soterrados sobre el mal uso de los recursos federales van en aumento y se inscriben en los tiempos en que debe renovarse el nombramiento del Director General.

Nadie se explica cómo ha sido posible la falta de previsión de un problema de esta magnitud, pero lo que más sorprende es la aparente indiferencia de los trabajadores y la pasividad de los estudiantes y padres de familia, que ahora tendrán que aportar cuotas extraordinarias, no solo para pagar la energía eléctrica que se adeuda desde el mes de abril y lo que falta del actual año fiscal, sino también los servicios de Internet, suspendido en todo el instituto desde hace mas de dos meses, sin mencionar el deficiente servicio y la ausencia de verdaderas salas de cómputo, que respondan a los desafíos académicos del principal centro formador de docentes en el estado de Puebla.

El problema va a acelerar el proceso del cambio de la actual administración, fuerzas internas y externas ya se mueven para participar del botín en que se han convertido los espacios administrativos de las escuelas, en donde prevalecen los criterios burocráticos del sindicato. Desde hace varios días se comenta la designación del nuevo director, que puede recaer en un ex secretario general de la sección 51 del SNTE, pero también en la posible designación del actual director del Instituto Tecnológico de Puebla.

Y mientras la administración educativa estatal contempla el problema con indiferencia, crecen los cuestionamientos de los padres de familia, la opinión de los comunicadores en los medios locales y la oposición a dar nuevas aportaciones económicas, la resistencia de los directores a confiar los recursos de las escuelas por ingresos propios a los directores generales, los que se manejan con nula transparencia, y lo mismo sucede con él manejo de los recursos federales del Promin.

Es penoso que nuestra escuela centenaria se vea envuelta en constantes escándalos de corrupción mientras las tinieblas oscurecen y nulifican la posibilidad de contribuir al debate pedagógico y educativo que reclama nuestro sistema educativo, sobre todo en lo que se refiere a la reforma de la Educación Básica y al sistema formador de docentes en marcha.

La normalidad académica y la vida rutinaria del instituto se han visto interrumpidas y urge la intervención, no solo de las autoridades de educación en lo que se refiere a revisar los procesos administrativos, sino también de las autoridades sanitarias que revisen la higiene indispensable para que puedan seguir las actividades normales y de esa manera evitar problemas de contagio por la insalubridad del edificio escolar.


Mirada sociológica:inmigrantes del Sur protagónicos en el fútbol europeo

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Pasión…, trabajo…, inmigración *facilitada*

* Son miles los latinoamericanos que quieren venir a jugar a Europa
* La distancia del país de origen, algo más que la simple nostalgia

Sergio Ferrari, desde Suiza

Al mismo tiempo que la Europa cierra cada día más sus fronteras a la inmigración de América Latina, de Asia y de África, son miles los deportistas de países del Sur que atraviesan las “murallas” por la puerta grande de los goles y el espectáculo deportivo. Inicios de julio el balón vuelve a rodar para muchos de los equipos europeos después de las cortas vacaciones del verano norteño. Y para Emiliano Dudar, jugador argentino de Young Boys de Berna se anticipa una revancha muy esperada. Una suerte de “resurrección” deportiva luego de haber protagonizado la temporada pasada uno de los accidentes deportivos más espectaculares y mediatizados del planeta deportivo. Testimonio de un “sobreviviente”.

Entre la vida y la muerte

“Cuando retomé la conciencia varias horas después del choque con mi colega de equipo François Afolter, no entendía nada. Sólo quería jugar el partido contra Basilea, pensando que el mismo nunca había empezado”, recuerda Dudar.

Corría el minuto 38 del clásico entre Young Boys y Basilea y luego de un encontronazo de cabezas Dudar se desplomó en el terreno de juego, ante el silencio creciente de las tribunas colmadas por más de 30 mil espectadores.

En la cancha, un ambiente de duelo. Todos intuyeron de inmediato la gravedad de lo que contemplaban. Durante eternos minutos, Dudar, inconsciente, se debatía entre la vida y la muerte.

Trasladado de emergencia al hospital universitario capitalino, al defensor argentino lo mantuvieron durante dos días en coma artificial buscando prevenir eventuales lesiones irreversibles.

Luego de varias semanas de internación en reposo absoluto pudo abandonar el centro hospitalario. Y su vuelta al primer equipo se produjo varios meses después del fatídico 13 de septiembre.

“Me siento un sobreviviente. Todo hubiera podido ser mucho peor. De ese partido me vienen escenas muy borrosas. Lo último claro que recuerdo es cuando estábamos en el túnel para entrar a la cancha. Y cuanto recuperé el conocimiento era un blanco casi total. Lo único que quería era jugar ese match que para mí nunca había comenzado”, enfatiza Dudar.

La nueva etapa

“Todo hubiera podido ser aún más grave de lo que fue…Fue, finalmente, una desgracia con suerte. Obviamente hay un antes y un después de ese traumatismo” reflexiona pausadamente Dudar.

A partir de entonces – argumenta- “aprendí a valorar mucho más cada cosa cotidiana, la familia, el amor hacia ella…Y aprendí a relativizar un poco más mi profesión, mi pasión, que es el fútbol. Descubrí que, finalmente, en nuestro trabajo todo puede ser muy frágil…”, insiste.

Dudar desmiente que su continuidad deportiva esté condicionada por lo vivido en septiembre del año pasado. “No tengo miedo alguno. Juego en la misma forma e intensidad. Me siento cada día mejor. Aprendí, en la reconvalecencia, a definirme metas inmediatas, a corto plazo, para ir avanzando hacia mi mejor nivel. Y creo haber dado pasos gigantes…”.

Nivel competitivo que piensa demostrar en la temporada futbolística a punto de comenzar: “me gusta jugar, quiero jugar siempre. Y soy consciente que yo, como cada uno de mis colegas, debemos ganarnos el puesto, la titularidad.”

Su reflexión no es banal. Un nuevo cuerpo técnico asumió en junio las riendas del equipo capitalino. Al frente, Christian Gross, tal vez el más exitoso y reconocido entrenador helvético actual. Gross fue la mano milagrosa que llevó al Basilea F.C. a la fama, convirtiéndolo, en la última década, en el principal actor-equipo-empresa del fútbol helvético.

Futura y nueva etapa que, sin embargo, no le produce temor a Emiliano Dudar. “Veo expectativas buenas. Soy un luchador. Nunca bajo los brazos. Soy muy riguroso y auto-exigente…Y quiero estar, como cada uno de mis colegas, entre los once titulares”, enfatiza.

Fútbol europeo y corazón latinoamericano

“Aunque soy un enamorado de Buenos Aires, de Argentina, me siento un privilegiado de poder jugar y vivir en un país como Suiza”, reflexiona Dudar.

Quien subraya la calidad de vida, el funcionamiento ordenado de la sociedad, la casi inexistencia de preocupaciones vitales en otras regiones, como el tema de la seguridad ciudadana. “Muchas veces me digo que sería justo y digno que toda la gente del mundo pudiera vivir así”.

Y si bien es consciente, en cuanto a lo competitivo, “que no es el fútbol de más prestigio de Europa, estoy convencido que no hay que desmerecer su calidad y potencialidad”, acota.

Convencido además del “privilegio de poder jugar aquí, sabiendo que son miles los jóvenes jugadores latinoamericanos que quisieran estar en esta situación y en esta realidad”. Contando con todo el apoyo de un club serio, una infraestructura de gran calidad, y “teniendo el respeto total de las autoridades y el cariño de la hinchada”.

Constatación que me “motiva a esforzarme cada día más. Con el sentimiento profundo de estar viviendo un sueño que tuve siempre desde muy chiquito: el de ser, simplemente, jugador de fútbol”, enfatiza.

Sueño que se hizo realidad para Dudar desde los años ochenta. Y que lo ha conducido por 12 importantes equipos diferentes de cinco países (Argentina, Brasil, Paraguay, Venezuela y Suiza), hasta aterrizar en 2009 en el Young Boys bernés.


Nueva agresión vs represntantes de San Juan Copala

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México, D. F., a 30 de junio de 2011

Tema: San Juan Copala, Medidas Cautelares de la OEA-CIDH. Nueva agresión a representantes del Municipio Autónomo.

Solicitamos la difusión de la presente información.

El día de ayer, aproximadamente a las 2 de la mañana un grupo conformado por 3 integrantes del MULT, Municipio de Unificación y Lucha Triqui penetraron al domicilio de Casimiro Martínez Aguilar, vocero en la ciudad de México del Municipio Autónomo de San Juan Copala.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en su resolución (MC-197-10) del 7 de octubre del 2010 había solicitado al Estado mexicano de manera oficial y por escrito, el establecimiento de medidas cautelares de protección tanto como para Casimiro como para otros 134 indígenas triquis pertenecientes al Municipio Autónomo de San Juan Copala quien forman parte de una comunidad que ha vivido una serie de actos violentos que van desde las amenazas de muerte, el secuestro, la violación de mujeres, la mutilación, el cerco, asalto y desplazamiento de una población entera y finalmente el asesinato mediante emboscadas, realizadas entre otras personas, por integrantes del Municipio de Unificación y Lucha Triqui.

En todo este periodo el Estado mexicano ha sido omiso en el establecimiento conjunto de medidas de protección lo que ha propiciado que personas para quienes se solicitó medidas cautelares de protección hayan sufrido atentados, como el caso de la emboscada realizada en contra de Jordán González en donde resultara muerta su esposa Teresa Ramírez y otro familiar.

El día de hoy se ha solicitado a la persona encargada por el Estado mexicano para la implementación de dichas medidas, Lic. Saúl Bolaños Bolaños, Subdirector de Politicas Publicas y Monitoreo de los Derechos Humanos, de la Unidad para la Protección y Defensa de los Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación la implementación de medidas de protección inmediatas y el apoyo a la víctima para el seguimiento jurídico del caso.

El asalto al domicilio de Casimiro Martínez Aguilar fue realizado, según toda la información recabada hasta este momento, por Nicolás Merino Martínez, Aurelio Martínez García y Leberano Martínez García, todos ellos integrantes del MULT, quienes durante los últimos veces habían venido amenazando de muerte a Casimiro, por medio de sus hijos y hermano. Amenazas de muerte que explícitamente se han extendido a otras personas con el fin de evitar declaren sobre de este caso.

El Foro Permanente por la Comisión de la Verdad, organismo de la sociedad civil co-peticionario de las medidas de protección para las comunidades del pueblo triqui que se han organizado en Municipio Autónomo solicita al Estado mexicano la inmediata implementación de las medidas cautelares emitidas por la CIDH el pasado 7 de octubre, atender las demandas de justicia frente a los numerosos atentados y garantizar el retorno de los desplazados de San Juan Copala a su lugar de origen en condiciones de seguridad.

Solicitamos al resto de la sociedad que no permita que las agresiones contra estas comunidades indígenas y sus representantes sigan quedando en el silencio.

Atentamente

David Cilia Olmos

Foro Permanente por la Comisión de la Verdad.


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