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Las ratas son tan eficaces como los seres humanos para tomar decisiones

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La existencia de una combinación óptima de múltiples estímulos sensoriales visuales y auditivas ha sido demostrada en el hombre pero muchos investigadores negaban el mismo mecanismo en otras especies (more…)


Los científicos chocan contra las trasnacionales

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Angélica Enciso y Blanche Petrich/II

Diez años atrás Ignacio Chapela, ecólogo y microbiólogo de la Universidad de California en Berkeley, y uno de sus discípulos, David Quist, hicieron un descubrimiento que desmentía uno de los principales supuestos de la biotecnología genética del maíz. (more…)


De cómo las abejas ejercen la democracia.

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Por Fernando Reinach. (*)
San Pablo. Brasil.

A pesar de tener una reina, las abejas toman decisiones mediante un proceso democrático que incluye la formación de opiniones individuales y la construcción del consenso colectivo. Acaba de ser descubierto un nuevo mecanismo que configura ese proceso. Un sofisticado proceso de inhibición es capaz de transformar a los que propusieron la iniciativa perdedora en defensores de la propuesta triunfadora. Ese mecanismo le permite a la colmena obrar unida luego de concluida la elección. (more…)


Semana negra para la ciencia

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Javier Flores
La desaparición de una investigadora del Centro de Ciencias Genómicas de
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la irrupción con lujo
de violencia de la policía en el domicilio de una profesora de la
Facultad de Ciencias de esa casa de estudios y el estallido de un
artefacto explosivo que produjo lesiones a dos investigadores del
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (Tec) son
algunos de los acontecimientos ocurridos apenas la semana pasada que
afectan gravemente a científicos de las instituciones de educación
superior e investigación, a sus familias y a sus comunidades.

Yadira Dávila Martínez desapareció el 5 de agosto, en Cuernavaca,
Morelos. Ahí se localiza el Centro de Ciencias Genómicas, en el que se
cultivan algunas de las áreas más avanzadas en la investigación en el
campo de la genética. En esa dependencia universitaria, Dávila Martínez
forma parte del Programa de Doctorado en Ciencias Biomédicas y del Grupo
de Interacciones entre Pro y Eucariontes, en los que ha sido una
investigadora muy productiva, como lo muestran sus más recientes
publicaciones aparecidas en la prestigiada revista Microbiology, en
algunas de las cuales figura como primera autora.

Su desaparición resulta extraña, pues hasta ahora nadie ha solicitado un rescate que
pudiera asociar este hecho con un secuestro. Tampoco hay evidencias hoy
que den certeza a los rumores que vinculan este acontecimiento con el
hallazgo de un cuerpo femenino encontrado sin vida en Xochicalco. Su
ausencia ha creado una alarma muy justificada en los medios científicos
y universitarios, en los que se reclama una acción pronta y eficaz de
las autoridades para encontrarla con vida.

Antes de proseguir, no puedo eludir mencionar las sensaciones de vacío
en el estómago y el relámpago que recorre la espalda al referir estos
acontecimientos. Desafortunadamente se han convertido en algo común en
nuestro país. Cuando los padece cualquier integrante de nuestra sociedad
resultan algo muy doloroso, pero nunca habían sido tan claramente las
comunidades de investigadores las víctimas, lo que muestra que en México
hoy nadie se encuentra a salvo.

En otros hechos, la casa de la maestra en ciencias Patricia Magaña
Rueda, profesora e investigadora de la UNAM, fue allanada ilegalmente
por elementos de la policía. No solamente ingresaron en la madrugada por
la fuerza al domicilio que habita con su hija, sino también entraron
violentamente a la casa vecina, donde viven sus padres. Además de sus
actividades académicas, Magaña es una reconocida divulgadora científica
–actividad que vincula a la sociedad con el conocimiento– y actualmente
es directora de la prestigiada revista Ciencias, que desde hace varios
años es editada por la Universidad Nacional.

Esto ocurrió durante el operativo en el que también los agentes causaron destrozos y terror en
la casa del poeta Efraín Bartolomé, quien ha descrito la pesadilla que,
al igual que Patricia y su familia, vivieron todas las víctimas de una
acción ilegal que ilustra la violencia ejercida en este caso por los
cuerpos encargados supuestamente de la seguridad pública.
Desde que asumió la presidencia el licenciado Felipe Calderón su
principal política ha consistido en una guerra cuyo objetivo
teóricamente consiste en garantizar la seguridad de la población.
Resulta paradójico que durante los ya casi cinco años que han
transcurrido, nos encontremos objetivamente en un momento en el que,
como nunca, privan la violencia y la inseguridad.

En un acontecimiento que es de una naturaleza completamente distinta a
los anteriores, pero que viene a sumarse al clima de violencia que
padecen las comunidades de investigadores, los doctores Armando Herrera
Corral y Alejandro Aceves López, del Tec en el estado de México,
resultaron heridos al estallar un paquete dirigido al primero, que
aparentaba ser correspondencia, pero que en realidad contenía un
artefacto explosivo. El atentado ha sido reivindicado por un grupo
denominado Individualidades Tendiendo a lo Salvaje (ITS), el cual
reconoce en sus comunicados la autoría de dos atentados anteriores,
también dirigidos contra investigadores de otra institución educativa,
la Universidad Politécnica del Estado de México. En uno de ellos resultó
con heridas graves un trabajador. Se trata de un hecho que no tiene
precedente en nuestro país.

El grupo ITS concluye su último mensaje con una leyenda que tiene una
carga moral: “La Naturaleza es el bien, la Civilización es el mal”. En
sus mensajes hace una crítica a diversos campos del conocimiento, en
particular a la nanotecnología (y varias áreas de la ingeniería). Los
investigadores que las cultivan quedan convertidos en sus objetivos. Es
cierto que diferentes campos de la ciencia en el mundo y sus potenciales
aplicaciones están sujetos a intensos debates, lo cual es muy
provechoso. Pero en este caso se abandona la discusión y se recurre a
los atentados contra la vida de científicos, lo que resulta sumamente
grave y debe ser rechazado.

Investigadores desaparecidos, allanamientos policiacos y atentados con
paquetes-bombas, muestran que se ha llegado a niveles de inseguridad que
son intolerables. Las comunidades de investigadores deben mantenerse
ante estos hechos unidas y solidarias. Una buena señal, en medio de este
panorama que bien podría calificarse de desolador, es la propuesta sobre
seguridad y justicia elaborada por la UNAM, que muchos deseamos tenga
buen fin.


A los 83 años de Ernesto

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“Nuestro sacrificio es consciente, es el pago por la libertad que estamos construyendo”

Los rulos al viento, la mirada clavada en el horizonte, una frente que es el espejo de la voluntad sensible que distingue al ser humano del animal sólo en lucha por la subsistencia.

No hay nadie sobre el planeta que no sepa quién es este hombre-mujer de semblante tranquilo y resuelto, sereno y enérgico, entusiasta y crítico, célebre pero humilde.

Nadie dice “era el Ché Guevara”. Todos hablamos de él en presente.

No pocos han querido aniquilar el ascendiente espiritual y la autoridad moral de este personaje verdaderamente heroico e histórico. No son pocos los que han soñado con reducirlo a emblema grotesco de la violencia del pueblo despojada de contenidos y sentimientos; siempre habrá enemigos queriendo pintarnos en el Ché el retrato del fanatismo y la irracionalidad sin límites.

Nadie ni nada han podido convertir al Ché en ornamento comercial o imagen del ideal derrotado. Nadie ni nada han logrado disociar estos ojos que miran desde el fondo de la historia, del revolucionario que construye teoría revolucionaria y revolución desde el sacrificio y la entrega sin condiciones y sin concesiones a las propias debilidades humanas o a dogmas infalibles levantados sobre esas mismas debilidades.

Aquí está, entre nosotros, entre todos los humillados y vejados de la tierra, 83 años después de aquel nacimiento rosarino-americano de 1928, el Compañero Ernesto “Ché” Guevara (Ché con acento en la “é”), mirando, mirándonos, observándonos desde una muchedumbre en la que él no se siente ni superior ni tocado por los designios de algunos dedos divinos que conviertan en mera leyenda a alguien que vivió la vida combatiendo leyendas y mitos fabricados desde la opresión y el escarnio.

El Ché nos sigue mirando. Y sigue diciéndonos que lo suyo no es leyenda. No puede serlo.

Nos convoca, pero a la vez nos dice que la lucha es muy dura, que representa muchísimos riesgos, innumerables escollos, impredecibles y desgraciadas sorpresas llegadas desde nuestras mismas filas.

Parece querer hablarnos, explicarnos el por qué de lo que algunos consideran una inmolación simbólica sin sentido; un suicidio voluntarista al santo cuete.

Es cierto que tras su muerte, todo fue muerte, casi, para quienes intentamos seguir sus pasos rengos en el continente entero. Son ciertas las dictaduras, las rejas, los campos de concentración, la tortura salvaje, el genocidio, la cobardía, y, también, la traición que nunca falta, como en los viejos tiempos de los latigazos y las crucifixiones públicas del tenebroso imperio romano.

Es cierto que de tanto sacrificio, hoy tan sólo parecería quedar en pié la ilusión idiota de la conciliación de clases y la impunidad cómplice para detener renovados bríos de los fascistas fusilados, ya, en el odio de pueblos enteros que ni olvidan ni perdonan ni tampoco se dan por vencidos.

Es cierto, pero es mentira. Lo es, porque la leyenda, la auténtica leyenda, el verdadero mito contra el que el Ché y todas y todos levantamos los puños y apuntamos con fusiles y volantes, con huelgas y movilizaciones, con puteadas y escraches; el mito verdadero, el mito real y despiadado, sigue siendo el mito de la invencibilidad del capitalismo y la leyenda de que no hay sociedad capaz de sustituir esta mierda de sistema al que el Ché nos enseñó a odiar y confrontar hasta la muerte, si fuera necesario.

Del Ché y de todo el sacrificio habido y por haber, quedan en pié, sobre todo, la certeza y la fe reafirmada de que no hay condición humana posible, sin librarnos de la opresión que de hecho nos ha dejado a la humanidad entera en la condición de animales de carga que lo seguiríamos siendo si nuestro destino fuese solamente buscar el alimento para no perecer de hambre.

El Ché, revolucionario y libertario, nos dejó la más valiosa de las enseñanzas: hay que saber rebelarse ante todo lo que se nos presenta como infaliblemente dispuesto, incluídos muchos de nuestros prejuicios revolucionarios y muchas de nuestras verdades teóricas convertidas en catecismo o recetario esclavizante.

El Ché vive, y lucha, y fracasa y triunfa, y vuelve a fracasar y a triunfar, porque palpita (sin descanso, sin conformismo, sin rendir tributo a la fuerza de la costumbre), su espíritu rebelde y crítico, victorioso más allá de las derrotas, entero más allá del asma ideológico que nos aqueja desde que no hemos podido resolver la enorme contradicción de pueblos enteros que escupen a la burguesía en las urnas y los plebiscitos y a la vez delegan su propio e intransferible poder en representaciones que en sí mismas son la negación del poder popular y de la potencialidad revolucionaria que únicamente anida en los de abajo.

El Ché vive y lucha porque es un libertario intransigente desde mucho antes de la revolución, desde el mismo instante en que sus brazos continentales empuñaron la causa de la revolución como la causa de libertad.

El Ché vive porque es libre y nos sigue enseñando la libertad como la única manera de ser comunistas no solamente en lo económico, sino también, y sobre todo, en lo único que definitivamente hará que no seamos pobres animales atrás del alimento: la conquista permanente e innegociable de la libertad absoluta.

Su ser libertario y perpetuamente irreverente, es lo que ha impedido que lo convirtieran en mito o leyenda, tanto los enemigos como los que deliran con tránsitos “civilizados” y conciliaciones de clase, mientras la miseria y la represión nos dicen todos los días -por más que los medios deseen ocultarlo- que la libertad de la especie humana (esa libertad que nace de la insurrección obstinada y sencilla de los obreros y los más humildes y humillados) será fruto de la lucha a brazo partido contra los que únicamente conciben la libertad como “libertad de mercado”.

“Nuestro sacrificio es consciente, es el pago por la libertad que estamos construyendo” (Ché).

Gabriel Carbajales, Montevideo, 14 de junio de 2011.-


JOSÉ MARTÍ, ALMA DE AMÉRICA

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A los 116 años de su “inmolación” por la Patria

Por Pbro. Pablo Urquiaga*

Caracas, Mayo del 2011

José Martí, Apóstol de Cuba y también de América entera; y más que Apóstol y creador de nuestra Independencia, es el ALMA DE CUBA. Decir Martí y decir Cuba es lo mismo. (more…)


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