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El Vil Supuesto contra El Bien Común

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Para APIAVIRTUAL

Nino Gallegos

Con la atrocidad hacendaria de Videgaray y la anuencia del presidente Peña Nieto para dejar hacer y dejar pasar lo que está pasando con la economía mexicana, el vil supuesto ha jodido una vez más el bien común a través de una soberbia y una arrogancia mediáticas que para, el colmo anticipado, casi nadie le había creído. Y otro colmo de Hacienda: la terquedad investida en un funcionario de cuentas montado en su macho-caballo de hacienda llevándonos entre las patas. Así, las cuentas y los tantos por cientos, se sumaron y se subsumieron en el vacío sin fondo que está tocando fondo.

Cuántas veces no se ha escuchado que si le va bien al presidente, le va bien a los mexicanos, pero con la política económica-hacendaria en manos de quien se ha venido arrogando el propósito y el despropósito, el devenir del bajón económico, se hizo realidad en el discurso virtual: no sé quién soy pero me parezco a los mexicanos, porque es de ellos mi preocupación de establecer quién sabe qué leyes secundarias para que los adolescentes no se azoten en el bullying de sus infanticidios.

El vil supuesto contra el bien común debería tener consecuencias constitucionales, jurídicas y penales, pero cuando la complicidad protege a la irresponsabilidad, el dejar hacer y el dejar pasar se hace y se pasa desde la administración de la riqueza, cuidar el peso como un perro, el error de diciembre que es la inflación, la recesión y el sobreprecio de todos los precios cada principio de año y de sexenio, alzándose la canasta básica y quebrándose las piñata para la rapiña y la rebatinga de las tripas para la pobreza y el filete para la riqueza. Si los gasolinazos no echan a andar lo que rueda, por lo menos o por lo más, que ahoguen a los que andan, y cualquier derivado del petróleo-Pemex por industrioso que ha sido siempre se ha plastificado y se ha elastificado para que alcance para la roña de los parásitos paraestatales y parasitarios.

La energía de la política no es la sinergia con la economía, porque con Videgaray todo anda junto pero desparramado, la panadería es harina de otro costal, la veterinaria es la misma gata pero revolcada, si el maíz no es ya el maiz, pues transgénico ha de ser, a caballo regalado no se le ve el diente de Hacienda, cuando el jinete que lo monta tiende a la precoz y a la procaz calvicie, nomás una untada de mierda de vaca porque vale su peso en oro: is worth its weight in gold, enseñando el cobre, y los 30 000 millones de dólares que salieron del país en sombras. Si por una terquedad de fuero interno e inmunidad que es la impunidad con que se administra una hacienda en un país de sombras, pues el país hace tiempo que se lo llevo la terquedad a rascarse con las uñas de la deuda externa por la Revolución, la Renovación, la Modernización y la Transformación de un país de luces a un país de sombras, y lo que se ha vislumbrado desde el bosque de Los Pinos ha sido un sendero de estatuas en homenaje a la estulticia de los próceres de la revolución, la renovación, la modernización y la transformación institucionales: lejos de Europa, cercanos con América, y , confrontados con el Ser y el Hacer Latinoamericanos, lo nuestro no es la pertenencia ni la identidad, acaso ese caos en la fragmentación de los valores materiales e inmateriales con el costo económico nacional de haber perdido casi todo(s) en palenques de machos y de hembras con los gallos giros de los diputados y de los senadores, peleándose en un vuelo de navajas desechables los dispendios en una vida nacional de restos, de rezagos y de sobrantes como colgajos a los milagros de la corrupción.

Las lecciones de economía del profesor-secretario-funcionario Videgaray, han tenido la efervescencia de todos los malestares de la recesión-reflujo, estómago con sensación de vacío por gula, energía inercial, acaloramiento estructural con enfriamiento reformador, PRIapismo sexenal y sexual con masturbación eyaculativa y discursiva y sueños húmedos en seco: la falocracia del más macho sometida al culiempinamiento con el macho más global, entrándole el profesor Obeso con el 5.0 por ciento al final del sexenio. En la economía, el entendido: “falta riqueza y por eso hay miseria”, es la ambición y la insaciabilidad de los perversos acomodaticios en la confortabilidad y en la irritabilidad que generan y que proyectan a nivel nacional, sean perpetradores y sean percusores y sean precursores de fórmulas efervescentes y ácidas hasta el hueso donde no deja carne con el tuétano podrido. Así como hay sicarios económicos hay carniceros económicos, parentela del secretario de Hacienda.

Si el vil supuesto es aquello que se sabe es dañino y se ejecuta con las consecuencias no supuestas y sí esperadas, entonces sí es irresponsabilidad al dañar el bien común, siendo el ejecutor el responsable directo de maneras premeditada, alevosa y ventajosa en dejar hacer y en dejar pasar que es a lo que siempre se ha expuesto la economía mexicana: si Videgaray quiso crear falsas expectativas en el crecimiento económico del país, pues ahí ha estado y está lo que es el país de y en sombras, críptico en oscuros y en grises. Para los voluntariosos del discurso presidencial, hacendario y gobernación, el país de y en sombras reempieza a parecerse a La Pintada, Guerrero, desapareciendo y reapareciendo contrastante en la arquitectura de la albañilería y en la coloratura al pastel, acuarélica y arcoírica, ya no en la barranca de una montaña sino en el paraíso del inconsciente de un Luis Barragán marginal y serrano, a considerable distancia de lo que terminó siendo un camposanto de piedras, lodo y muertos.

La recurrente tragicomedia mexicana es una carcajada de los políticos millonarios cuando han dejado de ponerse serios como funcionarios criminales, seriales y sexenales: Videgaray es el perfil psicológico, político, económico y social de cuánto es el costo de su caricaturización con la seria gravedad del país en sombras en que se vive económicamente, valiendo lo que pesamos y sopesamos los mexicanos en el peso obeso del ilimitado hartazgo y en el peso famélico de los lángaros que no tienen llena, sea en la flotación de una recesión manipulada por la ignorancia de la conveniencia, alargando la tragicomedia hasta el colmo de la sátira que nos escupe en la cara el gargajo de la complacencia: recesión o estancamiento de la economía mexicana da lo mismo para lo demás y para los demás, porque de aquí en adelante la flotación de la economía la veremos, otra vez, infinita, finitamente, en las grandes inundaciones que parecen más eternas que temporales en daños humanos y materiales que corresponden al costo del desastre económico, social y natural en este país de sombras.

Si el vil supuesto es el daño al bien común por el crecimiento económico en recesión o estancado, la virtud de la semántica es el vicio del discurso de haber quién traga más pinole sin que se le haga bola el engrudo o haber quién traga más mierda sin que haga gestos en el rostro cacarizado y cratérico del hacendoso público.

 

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