En el país del fraude eterno
Ricardo Andrade Jardí
POR ESTO!
En el país del fraude eterno y la mentira sistémica nada está dispuesto para el cambio. Así pues, ante la amenaza de una elección bien vigilada en las casillas, el nuevo PRI que es en realidad igual al viejo PRI, detrás de una máscara de maquillaje marca Televisa, moviliza y acarrea a cientos de carenciados para sufragar por el candidato idiota de la telecracia, a cambio de las migajas que les ayuden a mitigar el hambre, aunque sea por unas horas, que el mismo PRI les ha impuesto. Es el voto del hambre, de la ignorancia, del miedo a perder lo que no se tiene, pero sobre todo es el voto de la corrupción. Así pudimos ser testigos, los que estuvimos en las casillas, de los cientos de “ciudadanos” con sus playeras rojas acarreados por los corruptores que se presentaron a lo largo de toda la jornada electoral y que se diferenciaban sin descaro de “la prole” comprada por las playeras blancas estampadas con el dibujo de “una familia”. La familia, es de suponer, corrupta del viejo PRI que se viste de nuevo en su alianza con la telebasura que pretende gobernar México.
No nos engañemos, Peña Nieto tal vez llenará las revistas de espectáculos durante seis años, si logran imponerlo, como parece que será, pero la pregunta es: ¿quién va gobernar?, ¿quiénes serán los que tomen las decisiones que nos adentrarán aún más en el abismo? ¿Azcárraga? ¿Salinas? ¿“La maestra”?, ¿el Narco, los yanquis, Chespirito, Adela Micha, el Chapulín Colorado, Ñoño, Fernanda Familiar, Loret de Mola…? ¿Quién? Porque ellos son los que ganan con la farsa impositiva. Son los que ganan si México pierde.
Nada es nuevo en el viejo PRI, el derroche de recursos públicos para comprar la conciencia del hambre y la indignidad de la ignorancia, que le cobrarán a los carenciados vendidos como si se tratará de una inversión privada. Eso es el PRI. La mentira que desborda por cada poro del partido. Otra vez el fraude eterno, otra vez el árbitro vendido y otra vez la oligarquía católica y amoral que afila las garras de su voracidad para arrebatar ganancias y socializar pérdidas que hacen del proceso electoral una mega farsa. Lo vivimos durante la jornada electoral y también somos testigos de cómo el IFE y la FEPADE dejaron pasar todas y cada una de las incidencias y denuncias, presumibles de delito, que además empañan la elección, que ellos ahora quieren hacer pasar como ejemplar, cuando lo único ejemplar fue ver la cantidad de recursos (nuestros) derrochados. Más los que no podrán explicar, aunque todos supongamos de dónde vienen.
El nuevo PRI que es igual al viejo PRI, pero con un analfabeta funcional a modo de Televisa, pierde, robando la elección, pierde porque al mundo entero le queda claro que se “imponen” comprando el hambre y la ignorancia.
MORENA, en cambio, gana “perdiendo”, porque el voto razonado, el voto libre, el voto culto, el voto soberano le favorece y muy probablemente de haber sido un proceso equitativo, legal y limpio no habría espacio para la imposición telecrática y hoy caminaríamos hacia la posibilidad de un cambio en nuestras relaciones sociales y no a la restauración de la dictadura perfecta, con una diferencia, la nueva dictadura del PRI, hoy está bajo el control de Chespirito y Chabelo.
Ese es el México que puede ofrecernos el PRI, una nación empobrecida y saqueada, distraída por la telenovela presidencial, un México donde el “nuevo” régimen, es el viejo sistema de control autoritario, con otra diferencia: el nuevo impostor es además un analfabeta “funcional” (lo de funcional lo pongo en duda), un imbécil a la medida de quienes quieren todo despojando al país de los recursos y riquezas que deberían dar bienestar en lugar de carencias. Así en el país del fraude eterno los empresarios de los medios electrónicos no sólo eligen nuestros “gustos” o la “información” que “debemos conocer”, sino nuestro nada alentador futuro, que se anuncia como la implantación de una pesadilla para los próximos 100 años.