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¿Hacia dónde va el movimiento por la paz?

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La acción de dialogar pública y masivamente con el poder ejecutivo fue consensada entre Javier Sicilia y la gran mayoría de los familiares de víctimas que han construido y acompañado a este movimiento, que ha tenido desde el inicio no sólo el objetivo de visibilizar a nivel nacional los rostros e historias personales y sociales de miles de víctimas de esta guerra civil sinsentido, sino también ayudar a que esos familiares pudieran asumir cada vez más un rol de sujetos sociales, trabajando por un proceso colectivo de justicia, verdad y dignidad, y no sólo por el esclarecimiento de sus casos personales. En todo momento estuvo claro que se trataba de una acción de “lucha social” y de ninguna manera de un acto simbólico o protocolario para ceder ante el poder. Por ello los discursos fueron construidos colectivamente con exigencias muy precisas que obligaran a los poderes a cumplirlas.

“Sentar a la autoridad” frente a millones de mexicanos para escuchar en silencio el testimonio directo de las víctimas de esta guerra, relatado además desde los medios libres, confrontarlas con firmeza en su complicidad con el crimen organizado, exhibirlas en su incapacidad para aplicar la justicia y una estrategia efectiva de seguridad, cambiarles su agenda electoral por una de la paz (¿cómo va a haber elecciones en un país con 40 mil muertos y 10 mil desaparecidos?), no nos parece algo menor ni fácil de lograr desde el análisis de un proceso de lucha social. Pero claro, los medios y el poder hacen su trabajo: colocan la reflexión no en las exigencias de las víctimas y la necesidad de organizarnos para hacerlas efectivas pronto, sino en una foto o en el castillo. Precisamente este movimiento ha basado mucha de su fuerza en la palabra. La foto del abrazo de Javier Sicilia con Calderón está en todas las tapas de la prensa, pero Javier tiene una mirada seria y firme, grave, Calderón una sonrisa. Humanizar y dialogar con el adversario es un principio básico de la construcción de la política, la paz y la noviolencia, eso no tiene nada que ver con sumisiones o traiciones, las exigencias fuertes y claras que hicieron las víctimas no dejan lugar para ninguna especulación ni manipulación al respecto.

Algunas de las principales exigencias planteadas en el diálogo fueron: avanzar hacia un modelo de seguridad ciudadana civil y pacífica para desmilitarizar nuestro orden social; presentación inmediata de los desaparecidos y castigo a los culpables; creación de una ley nacional de víctimas (protección, justicia, indemnización, memoria y verdad…); fiscalías especializadas en feminicidios y desapariciones forzadas en cada estado; que la PGR atraiga los casos paradigmáticos de todo el movimiento sea de civiles que de policías (en el Pacto hay ocho); creación de un banco nacional de información genética de ADN de familiares de víctimas; cumplimiento por parte del estado de las resoluciones de la corte interamericana de los casos de Campo algodonero, Rosendo Radilla, Valentina Rosendo e Inés Fernández; colocación en todas las plazas del país de placas con los nombres e identidad personal de las víctimas; pasar en todas las escuelas públicas de este país inmediatamente un video que se le entregó a las autoridades con testimonios de las víctimas de la caravana y reflexionarlo colectivamente con los profesores; protección a la comunidad de Cherán y a sus bosques; protección a los lugares sagrados wirrarikas frente a la minera canadiense y cese al hostigamiento a las comunidades de Ostula y zapatistas; garantizar el derecho al agua de los pueblos de Morelos; desmantelamiento del grupo paramilitar Ubisort en Oaxaca; aprobación de la reforma política…¿cuál es entonces el siguiente paso? Hacer que se cumplan estas exigencias en un tiempo breve, y esto sólo será posible si nos organizamos y mantenemos unidos en las comisiones de trabajo del Pacto, en nuevas movilizaciones noviolentas y presión política. Claro que faltan muchas cosas, este no es un plan de lucha acabado, es sólo un inicio de objetivos reales que apuntan al corazón del problema y a lo único que nos une ahora a miles de ciudadanos: “¡Ni un muerto más! ¡Justicia y dignidad para todas las víctimas! ¡Alto a la guerra!”.

En esta primera etapa el movimiento ha logrado, nos parece, presionar más hacia el tema de la dignificación de las víctimas, haciendo observable a la nación que estamos atravesados por una guerra de 40 mil muertos y 10 mil desaparecidos en casi 4 años; que la gran mayoría de ellos son víctimas completamente inocentes respecto al delito y que tienen rostro, nombre y una historia personal digna que reivindicar; que no hay dos bandos con buenos y malos, sino que hay un bando donde se entremezclan bandas delictivas con complicidad de fuerzas políticas, armadas y empresariales, y otro bando que pone las víctimas y pertenece a la sociedad civil, organizada y no. Ahora empezamos a caminar hacia otra etapa mucho más compleja: detener la guerra, lograr justicia y verdad, desmilitarizar gradualmente la paz. Desde el ángulo de la resistencia civil, es probable que estemos en la frontera entre la co-operación con la autoridad y la no-cooperación y desobediencia civil, pues la cooperación verdadera sólo puede darse “entre iguales” y si las autoridades no demuestran con claridad que van a cumplir las exigencias ciudadanas de paz con justicia, verdad y dignidad, entonces cooperar se vuelve complicidad con la espiral de guerra.

Ya en el trayecto de la caravana, Javier Sicilia y el movimiento habíamos mandado señales claras de por donde iba el estilo del movimiento en la radicalidad noviolenta: señalar directamente el lugar y sujeto de las responsabilidades victimarias, no retirarse hasta lograr justicia. El primer hecho social al respecto fue el sentar al procurador de Nuevo León a medianoche para presentarle 9 casos de víctimas de la caravana y lograr un compromiso público de presentar en un mes avances en la resolución de los casos. Otro hecho que marca el estilo de esta lucha se construyó en la plaza de Chihuahua cuando Javier colocó de nuevo una placa frente a palacio de gobierno en memoria del asesinato de Marisela Escobedo, increpando al gobernador como inmoral si la quitaba, pues el dueño de la calle es el pueblo. La última acción a resaltar es la caravana –a petición de la comunidad- que llegará este domingo a Cherán con víveres y cuerpos para ayudar en el trabajo por la paz, ante el cerco armado y de hambre que sufre esa comunidad indígena.

Se insistió mucho en el diálogo sobre la posibilidad de sustituir, en parte, el modelo de militarización de la seguridad pública por uno de seguridad ciudadana civil y pacífica, en nuestro país hay experiencias valiosas y originales al respecto, las dos principales que conozco son la de la policía comunitaria de Guerrero y la de las comunidades autónomas zapatistas, allí la droga y el crimen organizado han logrado ser controlados en parte. Por eso también es central la caravana al sur, tenemos que escuchar y aprender de estas comunidades cómo le están haciendo, para difundirlo en todo el país. También para conocer las experiencias de resistencia civil.

Este movimiento de lucha es una expresión ciudadana en línea directa con el fantasma de la “indignación moral” que recorre el mundo y aquí se identificó con el “estamos hasta la madre”, lo que no quita que se puedan cometer errores y se deban corregir, pero desde la construcción, unidad y suma colectiva, colocando a la reflexión como la primer arma. La crítica siempre es bienvenida y necesaria cuando se dirige a acumular fuerza moral y material para la lucha, cuando va acompañada por un cuerpo que se instala en la confrontación. En la lucha contra la inhumanidad necesitamos de todos y ser cada vez muchos más.

Pietro Ameglio


Genera algarabía la llegada del poeta a Ciudad Juárez, el “epicentro del dolor”

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Marcha por la Paz
Da la bienvenida Luz María Dávila, la madre de 2 jóvenes muertos
en Salvárcar

Luz María Dávila recibe a la entrada de Ciudad Juárez a la
caravana encabezada por el poeta Javier SiciliaFoto Víctor
Camacho
Alonso Urrutia y Rubén Villalpando

Ciudad Juárez, Chih., 9 de junio. En los suburbios de esta
ciudad, una pancarta da ánimos cuando la Caravana por la Paz con
Justicia y Dignidad asoma su llegada: “No te rajes Sicilia”.

Conforme se acercan los vehículos aparecen decenas de banderas
blancas, la algarabía de los juarenses es inocultable. Son
centenares de habitantes que se han reunido en la entrada de la
ciudad. Javier Sicilia y su caravana han llegado tras miles de
kilómetros recorridos.

La gente se agolpa en la camioneta del poeta para manifestar su
alegría por la llegada. Se diría que lo ven como un redentor que,
al menos, les prodigará consuelo con sus palabras en esta ciudad
que, como dice otra pancarta de bienvenida: “no vive, sobrevive”,
en medio del fuego cruzado de los cárteles de Juárez y el Golfo,
que se disputan la plaza y, como colofón, los federales que ponen
su parte en la violencia que domina.

Luz María Dávila, reconocida por su desafiante postura ante el
presidente Felipe Calderón tras la masacre de Villas de Salvárcar
–donde ejecutaron a sus dos hijos– es la responsable de ofrecer
la bienvenida oficial en el puente de entrada a Ciudad Juárez.

El poeta se acerca conmovido. Un beso en la mano de la dolorida
madre que padeció como tantos otros la guerra de cárteles. En
medio de gritos y algarabía por la llegada, Dávila coloca un
rosario en el cuello de Sicilia, símbolo católico de protección.

El poeta y su gente cercana son protegidos por decenas de jóvenes
juarenses –tan estigmatizados en esta tierra como sicarios o como
pandilleros, hasta por Calderón–, que cumplen rigurosamente su
labor. La llegada de Sicilia ha desatado un desbordado interés
entre la población.

Camino a Salvárcar, la caravana atraviesa los fraccionamientos
populares del sur de la ciudad y un área de maquiladoras.
Conforme se acerca a la tristemente célebre colonia juarense se
aprecian numerosos negocios abandonados, casas de gente que no
tuvo ya otra opción que huir de esta localidad.

Son áreas, dice la gente que aún reside en la ciudad, donde
prevalece la lucha de pandillas ligadas al narcotráfico, que
marcan territorios con la violencia como argumento. Hay picaderos
que, con la venta de droga, complementan el cuadro urbano. En los
alrededores de Salvárcar hay enormes terrenos baldíos, que
coexisten con casas abandonadas.
Hacia las 10 de la noche, la caravana del consuelo, como la ha
denominado el poeta, concluye su travesía por la ruta del horror,
colectivizando el dolor que esta guerra ha dejado entre miles de
familias mutiladas por el experimento. Finalmente, diría Sicilia,
hemos llegado al epicentro del dolor: Ciudad Juárez.

El evento ha sido convocado en un impecable parque deportivo:
campos de futbol soccer, americano y beisbol. Todo aportado por
el gobierno federal a la zona devastada por la violencia, meses
después de que ejecutaron a los jóvenes. Ni los militares ni los
federales han detenido la deshumanizada disputa por la plaza, la
cual ha dejado miles de muertos y donde el plan federal evidenció
su fracaso.

A la espera del mitin una mujer que omite su nombre asegura: no
ha bajado la violencia, siguen las balaceras y la droga igual que
siempre.

Pese a ello, al bajar a la colonia, Sicilia encuentra de nuevo un
ambiente festivo. Lo vitorean por su presencia en Juárez. Lo
reciben también cada quien con su mensaje y su propio drama,
fotos de muertos y desaparecidos, leyendas peculiares que plasman
otra forma de ver la violencia, “a mi hijo se lo cargaron y es
inosente( sic)”, otras más que piden la presentación con vida de
tal o cual persona; los desaparecidos son tantos.

La consigna de “en Juárez no se vive, se sobrevive” abre el acto
en este emblemático lugar, expresión de la violencia en Juárez.

Al cierre de la edición, Olga Esparza, del Comité de Madres de
Jóvenes Desaparecidas, también da la bienvenida a la caravana:
“Señor Sicilia, lo recibimos con lo único que tenemos, este amor
y valor para denunciar la injusticia en México”.

Tras narrar la desaparición de su hija, estudiante de la
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, reclama poner fin al
flagelo de la violencia en esta localidad; ya basta de “este daño
colateral”. Asegura que el movimiento emprendido por Sicilia
podrá ser histórico porque ha permitido elevar las voces contra
la violencia”.

Vea tambien

* [1]““¿Ha valido la pena su guerra?””, pregunta Sicilia a
Calderón
* [2]Genera algarabía la llegada del poeta a Ciudad Juárez, el
““epicentro del dolor””
* [3]Se firma hoy el Pacto Nacional Ciudadano
* [4]Se ha institucionalizado la violencia, afirma defensor de
derechos humanos
* [5]Confirma la SSP la detención del activista Laurencio
Barraza
* [6]Habrá bancos de identificación genética de víctimas del
crimen


Autonomía a Cherán

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Reproducimos un extracto del periódico Michoacano.

La comunidad indígena de Cherán buscará su autonomía y no permitirá la entrada de partidos políticos para el proceso electoral local que culminará con los comicios del próximo 13 de noviembre, por lo tanto elegirá sus autoridades de acuerdo a sus usos y costumbres, externa uno de lo voceros de la población en entrevista con Michoacano.

En resistencia desde el 15 de abril último, esta población purépecha mantiene desde entonces barricadas de autodefensa, rondines comunitarios y se organiza para las actividades diarias ante una autoridad municipal, encabezada por el priista Roberto Bautista Chapina, que despacha en un recinto alterno, pues el palacio municipal es ocupado por los cheranenses en lucha, y no atiende sus demandas.

«Cuando se requiere de votos, los partidos vienen y nos los piden, pero ahorita que necesitamos de su apoyo no nos lo están brindando; esto quiere decir que nos están relegando y pues nosotros también a través de las próximas elecciones los vamos a relegar, vamos a decirles que aquí partidos políticos definitivamente no entran», afirma el comunero quien pide el anonimato ante posibles represalias.

Explica que elegirán a sus autoridades mediante usos y costumbres, por medio de los cuatro barrios en los cuales se divide el municipio, y de entre las personas que cada uno determine estarán los distintos representantes que atenderán sus problemas y actuarán como gobierno. «Y consideramos que se nos debe reconocer, porque así lo marca el artículo segundo de la constitución, permite esa autonomía a los pueblos indígenas, y debemos aprovechar esa autonomía para bien de la comunidad, y cero partidos políticos»,


Signos de autoritarismo en Casa del Lago de la UNAM

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OPC-Cleta: Ultimátum al director, José Luis Paredes Pacho, para resolver demandas mínimas, o se exigirá su renuncia frente autoridades superiores.

APIA,29 de mayo, 2011.

Chapultepec, México, DF. “No permitiremos que el autoritarismo que invade a nuestro país, se reproduzca impunemente en la UNAM”, con esta consigna los integrantes de la OPC-Cleta, respondieron a la actitud del director de Casa del Lago, José Luis Paredes Pacho, quien sin ninguna razón o argumento negó la instalación de Camerinos y carpas en el foro que dicha organización ha trabajado por más de 38 años. “Resulta contradictorio que mientras el rector José Narro declara la importancia de apoyar el trabajo artístico y cultural, en la práctica sus funcionarios universitarios se encarguen de ejercer el presupuesto público con base en criterios autoritarios, incapaces de escuchar las demandas del público y de nuestra organización”.

José Luis Paredes Pacho, exbaterista del grupo maldita vecindad, quien asumió el cargo en el año 2005, y que hasta ahora había mantenido una actitud de respeto y coordinación con algunos trabajo de la OPC-Cleta, se ha caracterizado por mantener una política artística sesgada hacia una clase media alta e intelectual, desdeñando notoriamente el espacio popular que representa el foro abierto.

La actitud autoritaria del director está siendo cuestionada también por los trabajadores, quienes con mantas y pancartas rodearon la casa donde el funcionario ejerce su alto salario, que oscila entre los 40 mil y 70 mil pesos mensuales.

La OPC-Cleta ha realizado un trabajo artístico y cultural en el foro desde 1973, llevando una relación tensa con grupos de poder en la UNAM y que culminará en 1996 con la destrucción, por parte del rector Sarukan, porros y guardias presidenciales del foro para más de mil personas, símbolo del patrimonio popular universitario.

En el marco de la asamblea popular que realizan cada quince días, los cletos mencionaron: “Las autoridades universitarias tienen una deuda histórica con el pueblo, con los universitarios y con nuestra organización, una deuda que sólo se pagará con la reconstrucción de ese foro que destruyeron impunemente” .

Los cletos lanzaron un ultimátum al Director de Casa del Lago para que resuelva los minimas requerimiento antes del 7 agosto, de lo contrario iniciaran movilizaciones y convocaran a las organizaciones sociales “para impedir que el autoritarismo de los funcionarios se impregne en la universidad”. “Si el director permanece en su actitud, exigiremos su renuncia y llevaremos este problema a su superior, es decir al Coordinador de Difusión Cultural, y de ahí iremos escalando en la jerarquía universitaria”.

Y es que después de 38 años la OPC-Cleta ha tenido que lidiar con innumerables obstáculos y políticas de rechzado por parte de las autoridades, que hoy los hacen exigir no sólo el respeto cultural sino el reconocimiento institucional “No estamos pidiendo que se nos pague, sino que las autoridades universitarias reconozcan de manera publica e institucional el derecho del Cleta por ejercer los principios concientizadores de la universidad, y reconozcan nuestro derecho a ser participes en las decisiones que se toman con respecto a este foro abierto”.

Finalmente los cletos convocaron a todo el público y organizaciones sociales a la asamblea informativa que realizarán el domingo 7 agosto, donde se presentará un balance de la situación y las medidas a tomar.