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De autodefensa a policía rural

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Para APIAVIRTUAL

Nino Gallegos

Con el acabalamiento de la autodefensa como policía rural en Michoacán, el movimiento social armado, ha sido ¿una corajuda o una contenida baja? a través de negociaciones federales, estatales y regionales que, de las tácticas y las estrategias de arriba a las estrategias y las tácticas de abajo, la cabrona y la incontenida violencia del narco es y será imposible de parar aunque se atrape a La Tuta de Los Caballeros Templarios. Podrá haber libertad de tránsito pero no seguridad en la ciudadanía michoacana. La inseguridad está expuesta por una serie de componentes que la ha esparcido como plazas en la ciudad y como trancas en lo rural, donde la visión del gobierno federal es anómala y errática: nunca supo por dónde y cuándo los ataques de los Templarios, e imponer esta visión disciplinaria será un desespero para la policía rural, porque conocen por dónde y cómo los templarios: el instinto sigue siendo de autodefensa.

La cantidad de elementos activos de la policía rural contras los elementos activos de los templarios está en la suma de los activos de inteligencia para contrarrestar la presencia de lo nocivo en las filas de ambos bandos armados. Qué es lo nocivo, sino la escucha y la delación puenteadas en las plazas y en las trancas de un territorio con acordonajes en la centralidad urbana y en la ruralidad periférica del estado y municipios de Michoacán, puesto que habrá puestos de vigilancia pero no de seguridad, porque “La tecnología de la información desarrollada por las corporaciones y sus ejércitos para poder dominar su ninguna parte con más velocidad, la usan otros como medio de comunicación de una punta a la otra del en todas partes por el que luchan”, lo han dicho algunos dos que lo saben y lo conocen cuando la hora llega, sea la hora para la resistencia.

Espionaje y conspiración en ambos mandos y bandos, el tiroteo a mansalva y sin balas de salva, los escenarios íntimamente arraigados al suelo y la sangre en Tierra Caliente, no será fácil morir cuando la única dificultad estará en la poca seguridad brindada y blindada por el gobierno federal: el comisionado federal es un perpetrador de saludos de mano, a la fuerza, simulando una conciliación en hombres de armas tomar. Para empezar: Tierra Caliente no es el Campo Marte, y por más que la policía rural lo haga, lo hará como autodefensa con la pistola encajada en un cuadril de la cintura y con un rifle amarrado a los brazos. La domesticación disciplinaria de la autodefensa será su constante baja de ánimo y alerta, a reserva de contar con la autodefensa, el propio y personalísimo código de resistencia, ataque, penetración y dispersión: la retirada en avance. La confrontación final será en grupos cerrados, cuidándose de que el espionaje, la conspiración y la traición no hayan sido la escucha y la delación de quienes son parte y aparte de los mandos y los bandos.

Los Templarios parecen haber huido y la policía rural ponerle cola a la huida junto con La Tuta, lo cual no es para confiar en el instinto de “sálvense quien pueda”, quedándose los comprometidos a velar demasiado en la vigilancia y cansarse para la seguridad: el rotar no es rodear lo que no está en su lugar, aunque siempre en acecho. La violencia criminal de Los Templarios exigirá casi una misma dosis de la violencia criminal de la policía rural, por la sobrevivencia: ilegal la de los templarios, legal la de la policía rural. Por lo anterior se transcribe lo siguiente: “Dentro de las obligaciones de las Defensas Rurales que estipula el dispositivo legal que los regula, destacan las de vigilar la población y sus entornos lo que desde luego redunda en un beneficio común inspirado en el orden y la paz social, adicionalmente corresponde a sus comandantes hacer labor de orientación entre los habitantes acerca de los perjuicios que genera el sembrar clandestinamente semillas de plantas enervantes. También, deben servir al Ejército Mexicano y a las autoridades en general como medios de información de acontecimientos vinculados con la comisión de presuntos delitos contra la salud, así como de los contemplados por la Ley de Armas de Fuego y Explosivos. Algunas veces actúan como un auxiliar de las fuerzas federales, dentro de su jurisdicción, en actividades de lucha contra el narcotráfico, para lo cual deben contar con la autorización de la Secretaría de la Defensa Nacional vía la zona militar que corresponda; también colaboran las autoridades civiles, previa autorización de las autoridades militares cuando el caso lo justifique. Los Cuerpos de Defensas Rurales rinden parte informativo periódico a las autoridades militares de su jurisdicción; mantienen comunicación con las Defensas Rurales de los pueblos circunvecinos e identifican a los grupos sospechosos que pretendan alterar el orden. Como un estímulo a la labor desempeñada por los miembros de tales defensas, la Secretaría de la Defensa Nacional otorga reconocimientos y condecoraciones a aquellos rurales que realicen actos de valor y mérito extraordinarios.” De autodefensa a policía rural en los cuerpos de defensa rurales, el único espíritu defensivo-combativo está en la autodefensa; en tanto, la policía rural o el cuerpo de defensa rural, la defensa es obligada a someterse al manual militar del ejército mexicano.

¿La corrupción y la cooptación serán lo que son: delación e imposición: neutralización y reducción?, pero, ¿de quiénes, de la policía rural o de los templarios? Mi padre, muerto hace treinta y siete años, hombre de armas tomar, comisario de seguridad, orden y tranquilidad, forjado en la autodefensa rural, le escuchaba decir: “la autoridad no es de confiar aunque yo la represente, porque yo me debo a la elección del pueblo que represento para defenderlo. Que la empresa y el sindicato se encarguen de la seguridad del obrero, que yo y mis muchachos nos encargamos de la seguridad de las familias y el pueblo.” De los priistas de los años sesenta y setenta, dijo: “Nomás de verlos hacer lo que hacen, me dan ganas de fusilarlos a escopetazos con perdigones de mierda.”

Sí, de autodefensa, y no de policía rural, “Ni ahora ni al rato”, ha dicho Mireles a ras del suelo y la sangre que la decisión implica en Tierra Caliente como territorio amancebado por la Ley de Más Fuerte, sea la legal o la ilegal, porque el gobierno y el comisionado federales en cuanto vean que se medio apacigüe el estado de cosas, pondrán pies en polvorosa, no importando cuántas veces Peña Nieto regrese y llegue en helicóptero y sentir que le hierven las suelas de los zapatos con que aterriza y pisa en Michoacán: el presidente habla: ¿huye o se va? Las falsas pertenencia e identidad del presidente, es no saber ni conocer a qué sombra pertenece y se identifica con ella, a no ser y hacerse a la sombra calderónica militar con la cruzada contra el hambre y la policía rural siempre en vigilia, porque la inseguridad nada más embozada y acechando en el (l)umbral de un país en sombras.

 

 

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