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El Bosque y la Niebla

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por hugo ivan cruz-rosas

 

Tengo un par de zapatos con hoyos,

Unos calcetines

que he remendado ayer

 

Traigo puesta una camisa

a la que le faltan

al menos tres botones.

 

Tengo una democracia mal zurcida

que no puede ponerse de pie.

 

Mis anteojos están rotos,

las urnas lo están un poco más.

 

Las escuelas,

las sonrisas

de aquellos que duermen en el suelo,

las canciones con tu cariño

Ya no caben aquí.

 

Mi casa se aferra fuertemente

para no morir por la inflación.

 

Mi refrigerador

casi siempre está vacío,

otras veces repleto

con promesas de campaña.

 

Ando cargando

todo el amor que quisiera darte,

si estas boletas electorales

no se movieran sin sentido

con elevado riesgo

de rompernos los pies.

 

Tengo un pueblo con sueños,

y yo soy parte de él:

los zapatos con hoyos,

numerosos

como una multitud de bocas,

caminan contando leyendas

que los mares

con sus montañas azules

enjuagan.

 

Tenemos esa increíble fuerza

que el viento,

en su paso interno

por los caracoles canta,

como canciones de lluvias extrañas,

que vuelven soluble la tierra

para que podamos

beberla tranquila.

 

 

 

Nota: En México, las elecciones pasadas del 1 de julio de 2012, mostradas como la máxima expresión de la democracia y del papel histórico de la sociedad, han vuelto a demostrar que todos los Estados, incluyendo el mexicano, son la expresión política y legislativa, además de cultural, moral, etc., de las clases dominantes en una sociedad. Que este Estado valida las acciones de los partidos políticos más afines a las clases que lo controlan, aún cuando éstas no sean legítimas (avaladas por el pueblo), e incluso sea difícil enmarcarlas dentro de la legalidad. Que las clases dominantes en México (y en gran parte del mundo), son los grandes empresarios, los terratenientes, banqueros, políticos, narcotraficantes, etc., y que son minoría comparados con las clases trabajadoras. Que estas elecciones no tienen legitimidad, ni han sido democráticas, ni ejemplares, ni mucho menos transparentes. Que existen claras evidencias de la compra de votos por parte del partido favorecido por las elecciones (PRI), al repartir dinero electrónico en tarjetas de la cadena de supermercados Soriana a millones de votantes. Que existió un uso excesivo de los medio de comunicación oficiales (tv, radio, periódicos, etc.), para crear una imagen basada en estudios de mercado para el candidato del PRI. Que dirigentes corruptos de gremios y sindicatos que obtienen favores del Estado, llevaron a sus simpatizantes a votar por el PRI, en claro intercambio de dichos favores (como el mismo Ejército Mexicano o el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación: SNTE). Que existieron numerosas irregularidades tanto en errores de conteo de votos, errores de cómputo y desapariciones de actas de casilla (y que favorecen en su gran mayoría la supuesta victoria del PRI), que los medios de comunicación reaccionarios no han difundido ni investigado con la misma vehemencia con la que mostraban las “virtudes” del candidato, y que el mismo Instituto Federal Electoral no las ha considerado como relevantes para influir en el proceso electoral. Que la imposición que estamos viviendo no es de tan sólo un candidato (Enrique Peña Nieto), ni de un partido político (PRI), sino de todo un modelo estatal que pretende legalizar la influencia extranjera (principalmente de los EUA), sobre los asuntos nacionales de todo tipo (económicos, políticos, militares, culturales, etc.), favorecer el enriquecimiento (incluyendo el ilícito) de las clases actualmente dominantes, el desempleo y los bajos salarios; mantener un nulo apoyo a la economía nacional, el abandono al campo y el descuido de la educación y de la salud públicas en niveles más precarios de los que ahora padecemos. Y que en los siguientes días y durante los seis años que dure la administración del candidato favorecido por las elecciones, lo que está por vivirse es una lucha en todos los ámbitos, donde las clases trabajadoras intentarán frenar las consecuencias de esta imposición, donde los medios de comunicación oficiales nos mostrarán a nosotros como ilegales y nuestros medios libres expondrán la validez y legitimidad de nuestras acciones. Actualmente las fuerzas populares nos preparamos no sólo para denunciar esta imposición, sino para hacer frente a las clases sociales que la han efectuado y éstas, a su vez, preparan a sus medios oficiales y sus destacamentos armados (ejercito, policías, paramilitares, etc.), para hacernos callar.

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