nacimiento de un volcán
por hugo ivan cruz-rosas
el Sur bebe agua dulce de frutas
que escurre profusamente
por sus corazones de viento.
vaticina profecías gelatinosas
que se atoran
causando coágulos en la cabeza.
por las mañanas se inquieta un poco,
se para de cabeza,
sacude sus pies,
cobija con un vaho caliente
la tierra morena,
la tierra blanca,
la tierra negra.
el Sur se parece bastante a ti:
tiene una nariz sonrojada,
unos luminosos ojos redondos,
y el sol le hace cosquillas
en las plantas de los pies.
el Sur se encuentra en todos lados,
a excepción de debajo del norte:
se encuentra
tejiendo poesías entre sus montes,
repitiendo canciones
entre el vaivén de tu mirada.
el Sur no se acaba aquí,
ni empieza allá;
y quien anda sobre él
puede sentirlo:
a veces mujer,
a veces hombre,
a veces semilla
que llena su panza
con agua de riego.
el fuego de sus entrañas
llena de luz
los ojos de quien le mira.
las dictaduras
le han horadado la piel,
al Sur.
y hace que crezca sobre mis manos
su historia de miles de voces.
al Sur
le hemos visto
caminando hacia el norte,
caminando hacia el este,
caminando al oeste…
pero siempre regresando
a descansar hacia el sur.
no es que no se mueva.